El Beato, dominico belga, de nombre Alano de la Roche (1474) fue un piadoso y gran adorador de la Virgen, y el mayor difusor de la devoción del Rosario, porque conoció de una gran cantidad de milagros logrados por medio del Rosario, y debido a tal circunstancia e importancia para los creyentes, que confían en dichos milagros. En este mes de Octubre de Nuestra Señora, Reina del Rosario, patrona de Guatemala, cuya imagen está guardada en la Basílica de Santo Domingo, ciudad capital de Guatemala, les transcribo, con el mayor agrado, sus promesas tomadas de los escritos del Beato Alano:
1. Quien rece constantemente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.
2. Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario.
3. El Rosario es el escudo contra el infierno, destruye el vicio, libra de los pecados y abate las herejías.
4. El Rosario hace germinar las virtudes para que las almas consigan la misericordia divina. Sustituye en el corazón de los hombres el amor del mundo con el amor de Dios y los eleva a desear las cosas celestiales y eternas.
5. El alma que se me encomiende por el Rosario no perecerá.
6. El que con devoción rece mi Rosario, considerando sus sagrados misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá de muerte desgraciada, se convertirá si es pecador, perseverará en gracia si es justo y, en todo caso será admitido a la vida eterna.
7. Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin los Sacramentos.
8. Todos los que rezan mi Rosario tendrán en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia y serán partícipes de los méritos bienaventurados.
9. Libraré bien pronto del Purgatorio a las almas devotas a mi Rosario.
10. Los hijos de mi Rosario gozarán en el cielo de una gloria singular.
11. Todo cuanto se pida por medio del Rosario se alcanzará prontamente.
12. Socorreré en sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.
13. He solicitado a mi Hijo la gracia de que todos los cofrades y devotos tengan en vida y en muerte como hermanos a todos los bienaventurados de la corte celestial.
14. Los que rezan Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús. Y 15. La devoción al Santo Rosario es una señal manifiesta de predestinación de gloria.
Al rezo del SANTO ROSARIO, conforme Carta Apostólica sobre el Santo Rosario, el Papa Juan Pablo II añadió un parte más a los ya conocidos de los misterios gozosos, dolorosos, y gloriosos, que no significa la introducción de algo novedoso, ni tampoco la ruptura con la devoción secular del Rosario. Estamos hablando de la introducción de Los Misterios Luminosos. En las Reflexiones sobre Los Misterios Luminosos, se habla del Bautismo del Señor, de esta manera:
«Recordamos con emoción aquel Bautismo de Jesús en el río Jordán, vemos venir a Jesús a bautizarse de mano del gran profeta Juan el Bautista sin ningún protocolo especial, o en carroza de rey, no trae vasallos que le sirvan o soldados que lo defiendan. Viene como uno más de aquel pueblo que busca el perdón divino bautizándose en el agua… Se trata del inicio de su compromiso mesiánico; viene a salvar a todos sus hermanos en el corazón de la historia; entrando en el agua, la santifica y la convierte en fuente de vida divina mediante un nuevo Bautismo, que Juan el Bautista llamó de «fuego y del Espíritu Santo»
El Bautismo de Jesús en el río Jordán nos hace recordar a todos los que fuimos bautizados en í‰l, que nos hicimos, desde esa celebración, partícipes de su vida divina. Una vida caracterizada por ser profética.
Conclusión final, estos Misterios Luminosos nos invitan a comprometernos en el seguimiento de Cristo y que vino a salvarnos con la verdad y la fuerza de su amor.