Simón Bolí­var, un ejemplo de lucha IV


Ya hemos estudiado que en el histórico 5 de Julio de 1811 el Congreso de Venezuela declaró la Independencia absoluta.

Oscar Enrique Alvarado S.

El proyecto de la primera República terminó en un fracaso con la prisión de Francisco de Miranda.

Estando Bolí­var exiliado en Curazao fue proclamada la declaración de Independencia de Cartagena el 11 de noviembre de 1811. Se trasladó a la mencionada provincia en donde publicó su Manifiesto de Cartagena.

El 7 de mayo de 1813 inició la Campaña Admirable. El 15 de junio del mismo año dictó el Decreto de Guerra a Muerte, conmueve leerlo por el cúmulo de atrocidades cometidas por los soldados españoles, así­ que declaró la necesidad de responder al exterminio con el exterminio. Tan dramática situación duro tres años pues a comienzos de 1816 en la isla Margarita anunció Bolí­var su final.

Los llamados llaneros eran lanceros, intrépidos jinetes dirigidos por Boves y Morales, autores de una guerra cruel.

La Segunda República de Venezuela terminó en un desastre, cuando Bolí­var y Mariño son derrotados por Boves, jefe de los llaneros en la batalla de La Puerta.

Regresó a Nueva Granada en donde el presidente Camilo Torres le brindó palabras de apoyo.

Observó el fallecimiento de dos de sus más leales colaboradores: Atanasio Girardot y Antonio Ricaurte.

El 8 de mayo de 1815 en el Cuartel General de la Popa emitió una proclama, se despidió de su ejército y se retiró a Jamaica, permaneciendo en el Caribe hasta 1917, escribiendo contrario a las monarquí­as, sosteniendo la unión de Nueva Granada y Venezuela.

Los años comprendidos de 1917 a 1826 los llamó los años gloriosos uno de sus biógrafos. En el Congreso de Angostura en 1819, dijo en un mensaje: «….Mi vida, mi conducta, todas mis acciones públicas y privadas están sujetas a la censura del pueblo ….».

Las frases anteriores conocidas en todo el mundo debieran ser guí­a para todos los presidentes, ya que en nuestros dí­as prevalece la más nefasta corrupción y desgraciadamente la total impunidad.

Las obras completas de Bolí­var forman varios voluminosos de cartas y proclamas.

En ocasiones no comprendemos el por qué tuvo oponentes una persona que utilizó su fortuna, su bienestar y comodidades para la causa. En 1818 fundó el periódico El Correo del Orinoco.

Pasaron los años y hubo nuevas fatigas, grandes triunfos en Boyacá, en Carabobo, la entrevista de Guayaquil con José de San Martí­n. De este lugar se embarcó en agosto de 1823 con destino al Callao y enseguida a Lima. Inició la campaña en 1824. Enfermó en Pativilca. Las tropas realistas eran vigorosas, dirigidas por Laserna, Canterac y otros generales. Bolí­var triunfó en la batalla de Juní­n en donde únicamente se enfrentaron fuerzas de caballerí­a utilizando sable y lanzas.

El virrey del Perú José de la Serna se puso al frente del ejército, la mayorí­a de soldados eran americanos. Sucre movilizó con sus soldados colombianos, peruanos y argentinos. El 9 de diciembre de 1824 el general José Marí­a Córdoba actuando bajo las órdenes de Sucre dio la orden siguiente: «Â¡División, Armas a discreción, de frente, paso de vencedores!». Aquí­ se decidió la victoria en la histórica batalla de Ayacucho.

Bolí­var pasó al Alto Perú, ya tení­a la región un historial de lucha, pues fue la primera colonia española que proclamó su independencia el 25 de Mayo de 1809, según Manifiesto d ella Audiecnia de Charcas. El Libertador declaró en Arequipa la Independencia según decreto el 16 de mayo de 1825. Seguidamente el Congreso de Chuquisaca ratificó en agosto del mismo año la libertad.

El Alto Perú estaba formado por los departamentos de La Paz, Chuquisaca, Potosí­, Chocabanba, Oruro y Santa Cruz.

Aquí­ redactó una Constitución para Bolivia. Subió al cerro del Potosí­ y recordó la forma de las luchas militares que comenzaron en el rí­o Orinoco. Chuquisaca es actualmente la ciudad de Sucre.