Si no se rebate, no hay debate


Si no se rebate, no hay debate, al final se olvida y se va al canasto de la basura. Acciones sabias que toma el gobierno de la UNE para cada uno de aquellos hallazgos de corrupción que involucran a la familia real, pero que tienen que ir buscando no un canastito, sino un gran canastote para que quepan algunos de ellos, que por cierto abundan y poco a poco van quedando en el olvido.

Guillermo Castañeda Lee, Céd. R-19 No. 997, Teculután, Zacapa

Me imagino que usted ya no se acuerda quién de la familia real estuvo involucrado en los fondos que le esquilmaron a la Contralorí­a de Cuentas para dárselos a la UNE. De lo único que se ha de acordar es de los Q640 mil que recibió una testaferro de doña Gloria, que es lo más reciente, pero que no se ha dicho nada, ni se ha rebatido, ni se ha pagado el Impuesto Sobre la Renta. Para taparle el ojo al macho el Presidente tení­a por lo menos que haberla removido del cargo, que por cierto, su nombramiento también es ilegal.

Por cierto, siempre he dicho que los presidentes además de ciegos y sordos debieran ser mudos, pues al referirse a la corrupción que abunda en el estado dijo que era un «camote difí­cil de erradicar», pero no dijo quiénes eran los que estaban a la cabeza de ese camote, que es por todos conocido. Creo que por él también.

Me imagino que un asunto que para el Ministerio Público ya se fue al canastotote de basura, son las solicitudes de extradición de Sánchez y de Conde, por los Q82 millones que se usaron para hacerle la camita a Pérez Molina, pero si usted quiere desengañarse, pregunte, analice, y se dará cuenta que Taracena ya quiere desviar la atención, para pasarla de Meyer a Rubén Darí­o Morales.

Para finalizar y para que sirva de escuela a los futuros gobernantes, les digo y les repito: La desestabilización y los golpes de Estado no se dan por falta de educación, por hambre o por un pueblo enfermo, estos se dan por las violaciones a la ley, el abuso del poder y la corrupción. Otra premisa es que estos no los origina, ni el ejército, ni grupos de insurrectos, sino que por el propio Presidente de la República, cuando cree que al pueblo se le puede llevar, traer, jalonear, abusar, esquilmar, etc., ya sea por su falta de criterio o porque es engañado por sus propios asesores.