Bandera china flota en el espacio


Una de las imágenes enviadas por la televisión donde muestra al astronauta Zhai Zhigang con un pequeño pabellón chino poco después de la escalada de la nave espacial Shenzhou.

El astronauta Zhai Zhigang agitó esta mañana la bandera china durante un paseo por el espacio de unos quince minutos, el primero jamás realizado por un chino.


Con ese gesto, que confirmó el éxito de la misión espacial Shenzhou VII, China entró en el exclusivo cí­rculo de los paí­ses que realizaron por sí­ solos una salida extravehicular al espacio, después de Estados Unidos y de la ex Unión Soviética, «un avance esencial», en palabras del presidente Hu Jintao.

Zhai Zhigang salió del módulo orbital para flotar en el espacio desde las 08:43 hasta casi las 09:00 horas GMT, una salida de duración inferior a la programada inicialmente, de 20 minutos. Las autoridades no han dado explicaciones al respecto.

«Su salida al espacio fue un éxito total», afirmó el presidente chino Hu Jintao en un contacto por radio con el astronauta a bordo de la misión espacial Shenzhou VII.

«Se trata de un avance esencial para el desarrollo de nuestro programa de vuelos habitados», estimó.

Dirigiéndose a los tres astronautas que integran la misión, el mandatario agregó: «Habéis contribuido de manera considerable al programa espacial nacional. La patria y el pueblo os lo agradecen».

En cuanto tuvo medio cuerpo fuera del módulo, el «taikonauta» (hombre del espacio en chino) saludó con la mano, lo que desató un retumbe de aplausos en el centro espacial de Jiuquan, en el desierto de Gansu (noroeste), de donde despegó la misión el jueves, así­ como en el Centro de control aeroespacial de Pekí­n.

Flotando en el espacio cabeza abajo, Zhai agitó la bandera china, con estrellas amarillas sobre fondo rojo, en un gesto muy simbólico que marca la propulsión de China en el club selecto de las grandes potencias espaciales.

«Me encuentro bien. Saludo desde aquí­ al pueblo chino y al pueblo del mundo entero», declaró al Centro de control el astronauta.

Al volver a la nave, explicó que los tres taikonautas «se encontraban muy bien» y que «las experiencias cientí­ficas (se habí­an) desarrollado como estaba previsto».

«La salida al espacio era agradable. El traje era muy cómodo. Estamos muy orgullosos de nuestra gran nación», añadió el astronauta de 41 años convertido en un héroe para 1.300 millones de chinos, que han visto cumplido un sueño que se remonta a la dinastí­a de los Ming.

Zhai estaba enfundado en un traje de fabricación nacional bautizado Feitian («Volar en los cielos»), de 120 kg de peso, que costó tres millones de euros.

El coronel de la fuerza aérea Zhai contó con la ayuda de un segundo astronauta, Liu Boming, que permaneció en el módulo orbital y permaneció unido a la nave por dos cables de seguridad que parecí­an enormes cordones umbilicales rojos, gracias a los cuales pudo desplazarse alrededor de Shenzhou (literalmente «nave divina»).

Recogió una muestra de lubrificante sólido que habí­a sido colocada encima de la nave antes del despegue el jueves y se la entregó a Liu Boming.

Es el tipo de gestos que los sucesores de Zhai tendrán que realizar en el futuro para concretar las ambiciones espaciales chinas.

Tan pronto como Zhai regresó a la nave, se lanzó un pequeño satélite, que también servirá para misiones ulteriores.

Esta salida se llevó a cabo durante el tercer vuelo espacial habitado chino, que permitirá en el futuro al coloso asiático instalar módulos orbitales y luego su primera estación permanente en el espacio.

Para el régimen comunista, el espacio es un medio para fomentar el orgullo nacional y reforzar su legitimidad.

En internet muchos chinos daban ánimos con frases como «Â¡Adelante China! ¡Adelante Zhigang!».

En la prensa la hazaña espacial del sábado servirá para desviar la atención del escándalo de la leche adulterada, que empañó la imagen de los productos «made in China» en el mundo.

La misión Shenzhou VII se llevó a cabo a falta de pocos dí­as para la fiesta nacional del 1 de octubre y para el cincuentenario de la NASA, la agencia espacial estadounidense, visiblemente preocupada por una eventual llegada de los chinos a la Luna de aquí­ a 2017, antes de que vuelvan los norteamericanos.

La misión Shanzhou VII, de 68 horas de duración, regresará a Tierra mañana y aterrizará en Mongolia interior.

FELICITACIí“N


El presidente chino Hu Jintao felicitó al astronauta Zhai Zhigang pocas horas después de su salida al espacio, la primera realizada por un chino, que el mandatario calificó de «éxito total» y «avance esencial».

«Su salida al espacio fue un éxito total», afirmó el presidente en un contacto por radio con el astronauta a bordo de la misión espacial Shenzhou VII.

«Se trata de un avance esencial para el desarrollo de nuestro programa de vuelos habitados», agregó Hu, que hablaba desde el Centro de control aeroespacial de Pekí­n (BACC) .

Dirigiéndose a los tres astronautas que integran la misión, el mandatario agregó: «Como astronautas que han emprendido esta misión, han contribuido de manera considerable al programa espacial nacional. La patria y el pueblo os lo agradece».