Pájaro humano cruza el Canal de la Mancha


El aventurero Yves Rossy despliega su paracaí­das después de haber volado con éxito a través del canal inglés.

El aventurero suizo Yves Rossy consiguió ayer su objetivo de sobrevolar el canal de la Mancha como un pájaro, con unas alas equipadas de reactores y su cuerpo de fuselaje.


Rossy recorrió los 35 kilómetros que van de la localidad francesa de Calais a la inglesa de Dover en diez minutos.

«Demostré que era posible volar como un pájaro», explicó a la prensa a su llegada. «Mi objetivo era cumplir un sueño, uno tiene la idea en la cabeza y llevarla a cabo es la cosa más gratificante del mundo».

Yves Rossy «despegó» de un pequeño avión a 2.500 metros de altitud sobre Calais.

Una vez alcanzó las costas inglesas, apagó el sistema de propulsión de las alas, que puede alcanzar los 200 km/h, para abrir un paracaí­das cuando se encontraba a 1500 metros de altitud y aterrizar en un campo cerca de un faro, en lo alto de los acantilados de Dover.

Yves Rossi, de 49 años, tuvo que renunciar a la tentativa dos veces, el miércoles y el jueves, por culpa de las condiciones meteorológicas. Esta vez «eran perfectas», dijo el aventurero bajo un cielo de un azul resplandeciente.

Durante el vuelo, sintió «una mezcla de éxtasis y esfuerzo por seguir concentrado, porque tení­a en mente que el agua estaba muy frí­a ahí­ abajo».

«Querí­a dar las gracias a todos los que me ayudaron», afirmó. «Soy el único que ha sobrevolado el canal de la Mancha de este modo, pero me ayudaron tantas personas. Espero que mucha gente tenga la oportunidad de volar así­».

«Encontró unas pocas turbulencias, pero si no hubiera sido el vuelo perfecto», explicó Stéphane Marmier, uno de los miembros de su equipo. «Está aquí­, en Inglaterra, eso es lo que cuenta. Estamos encantados».

Antiguo piloto militar con más de 1.000 horas de vuelo en un Mirage III y actualmente piloto de lí­nea, Rossy fue en 2004 el primer hombre que voló con alas individuales provistas de reactores.

Las alas con las que realizó la hazaña poseen una envergadura de tres metros y sólo le permiten volar unos diez minutos por el tamaño del depósito de combustible, de unos 30 litros.

El piloto lleva un traje especial que le protege las piernas de las llamas de los reactores. El control de la dirección y la altura del vuelo lo hace con movimientos de la cabeza, del cuerpo y los brazos.

Yves Rossi actualiza de este modo la hazaña del francés Louis Blériot, que en 1909 se convirtió en el primero en cruzar el canal de la Mancha en avión, en 37 minutos.

El aventurero suizo anunció su intención de «mejorar el potencial de este proyecto». «

Necesitarí­a unas alas más pequeñas y reactores más grandes, porque me sentí­a muy pesado con estas alas», explicó.