El presidente de Bolivia, Evo Morales, afirmó hoy, luego de retornar de la sede de la ONU, que los «golpistas», como califica a cinco prefectos de la oposición, fracasaron y carecen de respaldo internacional.
Morales dijo que en la asamblea de la ONU denunció a los prefectos de la denominada «media luna», conformada por las autoridades de Santa Cruz, Beni, Tarija, Pando y Chuquisaca, de haber impulsado un «golpe civil prefectural» con violentas protestas, toma de oficinas públicas y plantas petroleras.
«Esos golpistas se equivocaron no tienen apoyo nacional ni internacional y fracasaron», apostilló al agradecer el apoyo internacional a su gobierno, que fue respaldado el miércoles por segunda vez en poco más de una semana por los países de la Unión Sudamericana de Naciones (Unasur) reunidos en Nueva York.
El mandatario indígena informó además que en Nueva York se reunió con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien, según su versión, «respalda la democracia en Bolivia (y) defiende la unidad de los bolivianos».
El jefe de Estado, que entregó obras civiles en Cochabamba, donde retomará el diálogo político con los prefectos opositores, aseguró que su gobierno quiere «hacer transformaciones profundas en democracia, con el voto».
En esa dirección retó otra vez a los opositores a «rechazar su proyecto constitucional con el voto y no con la violencia», porque dijo que tienen todo el derecho de oponerse a la nueva Carta Magna, punto neurálgico de la confrontación.
Morales expresó también su deseo de «encontrar acuerdos» en el diálogo político que se retomará este mismo jueves en Cochabamba en procura de un acuerdo nacional para desactivar la aguda crisis política, aunque advirtió que la «paciencia tiene un límite».