Escucha escucha escucha
La voz de los hoteles
de los cuartos aún sin arreglar,
los diálogos en los oscuros pasillos que adorna una raída
alfombra escarlata
por donde se apresuran los sirvientes que salen al amanecer
como espantados murciélagos.
Escucha escucha escucha
Los murmullos en la escalera; las voces que vienen de la
cocina, donde se fragua un agrio olor a comida que
muy pronto estará en todas partes, el ronroneo de los
ascensores.
Escucha escucha escucha
A la hermosa inquilina del 204 que despereza sus miembros
y se queja y extiende su viuda desnudez sobre la cama.
De su cuerpo sale un vaho tibio de campo recién
llovido.
¡Ay qué tránsito el de sus noches tremolantes
como las banderas en los estadios!
Escucha escucha escucha
El agua que gotea en los lavatorios, en las gradas que
invade un resbaloso y maloliente verdín. Nada hay sino
Una sombra, una tibia y espesa sombra que todo lo cubre.
Sobre esas losas -cuando el mediodía siembre de monedas
el mugriento piso- su cuerpo inmenso y blanco sabrá
moverse, dócil para las lides del tálamo y conocedor
de los más variados caminos. El agua lavará la impureza
y renovará las fuentes del deseo.
Escucha Escucha Escucha
A la incansable viajera, ella abre las ventanas y aspira el
aire que viene de la calle. Un desocupado la silba desde
la acera del frente y ella estremece sus flancos en respuesta
al incógnito llamado.
Yo no lo sé de cierto?
Jaime Sabines (México 1926-1999)
Yo no lo sé de cierto, pero supongo
que una mujer y un hombre
algún día se quieren,
se van quedando solos poco a poco,
algo en su corazón les dice que están solos,
solos sobre la tierra se penetran,
se van matando el uno al otro.
Todo se hace en silencio. Como
se hace la luz dentro del ojo.
El amor une cuerpos.
En silencio se van llenando el uno al otro.
Cualquier día despiertan, sobre brazos.
Piensan entonces que lo saben todo.
Se van desnudos y lo saben todo.
(Yo no lo sé de cierto. Lo supongo.)
Ajedrez
Rosario Castellanos (México 1925-1974)
Porque éramos amigos y, a ratos,
nos amábamos;
quizá para añadir otro interés
a los muchos que ya nos obligaban
decidimos jugar juegos de inteligencia.
Pusimos un tablero enfrente de nosotros:
equitativo en piezas, en valores,
en posibilidades de movimientos.
Aprendimos las reglas, les juramos respeto
y empezó la partida.
Henos aquí hace un siglo, sentados,
meditando encarnizadamente
cómo dar el zarpazo último que aniquile
de modo inapelable y, para siempre, al otro.
Vestigios
Poemas de Humberto Flores
Cobán Alta Verapaz
Fuera del trajín
¿No habrá momento
para embebernos del azul
del canto de los pájaros
la flor?
Adentremos en lo pleno
ya sin los hilos
con que nos mueve
el destino??
Libro viejo
-La sabiduría china de Lin Yutang-
¿A cuántos nutriste
o te dieron ?ingratos- al olvido?
¿Libaron en la celda de tus páginas
-desorbitados los ojos-
la milenaria miel? Hecho despojos
En el estante yacías
maltrecho, a la carcoma
esperando mi mano
palpara el tesoro
de esmeraldas, oro?
Y? -barca roma-
encallaste en mi playa
con algarabía de gaviotas
que otrora esperé en vano
en ti la sien
al hundirme
¡el último vaivén!