Según el informe Derechos Humanos y Conflictividad en Centroamérica, presentado hoy, la región vive una situación de «secuestro de los Estados», por intereses de empresas transnacionales, del narcotráfico y crimen organizado; lo que conlleva a una crisis de institucionalidad y una escalada en conflictos violentos.
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Celia Medrano, de El Salvador y miembro del equipo de regional de monitoreo y análisis que elaboró el documento, adujo que estos problemas son transversales a la región, por lo que se corre el riesgo de enfrentar una escalada de conflictos de violencia política y social en todos los países.
Permeabilidad
Los investigadores señalaron que la permeabilidad del Estado a la influencia del crimen organizado, del narcotráfico y de empresas transnacionales, es lo que fundamentalmente provoca la crisis institucional y la disfuncionalidad del Estado.
«Los estados no están funcionando como tales, y si hay una crisis de institucionalidad no hay un referente que garantice y proteja derechos humanos, donde la ciudadanía pueda canalizar inquietudes, descontentos, protestas, ni mucho menos donde se pueda esperar protección en materia de sus derechos», señaló Medrano.
De acuerdo con la entrevistada, una de las principales prioridades de los Estados de la región ha sido la promoción de una legislación de carácter comercial, como la aprobación de los Tratados de Libre Comercio, mientras que su responsabilidad con el respeto a los Derechos Humanos sigue siendo relegada.
«No se respetan los instrumentos internacionales ratificados por los Estados centroamericanos en materia de Derechos Humanos. Estamos en crisis de credibilidad e institucionalidad y eso es grave porque si no confías en un Estado, no tienes garantía de protección, empiezas a actuar por tu propia cuenta», advirtió.
Más coincidencias
Los investigadores reconocieron que, pese a que cada país tiene su particularidad, es común la persecución contra activistas sociales y defensores de Derechos Humanos, el incremento de los índices de pobreza y las brechas de inequidad social.
«En Centroamérica hay riqueza natural y producción, lo que no se tiene es una justa distribución, por lo que esta inequidad provoca la conflictividad al no ser atendida en espacios democráticos y discusiones políticas», recalcó Medrano.
Desaceleradores
En el informe también se señalan hechos considerados como desaceleradores de conflicto, entre ellos la aprobación de leyes ambientales en Honduras y en Guatemala la reacción de la CICIG. «Vemos con mucha expectativa la creación de la CICIG, ya que si funciona sería un buen ejemplo para la región», puntualizó Medrano.
Guatemala, Honduras y El Salvador se disputan el segundo puesto en índices de criminalidad, cuyo primer lugar lo tiene Colombia. Los índices de muertes violentas con arma de fuego son similares en los tres países, además, tanto en El salvador como en Guatemala estos indicadores están muy de cerca o en ocasiones superan los reportados durante el conflicto armado interno (12-16 muertos diarios por arma de fuego).