Quien se aparta de la colmena por el miedo que le produce el aguijón de la abeja, nunca podrá disfrutar de la dulzura de su miel.
César Guzmán
cesarguzman@yahoo.com
cesarguzman@yahoo.com
Quien aleja su mano del rosal por temor a las heridas que puedan causarle las espinas, jamás podrá agradar a nadie con el obsequio de una bella rosa.
Quien se sienta sobre la grama, acobardado ante el gran reto de la montaña, no sabrá lo que es la plenitud que se goza en la cumbre.
Quien no enciende el fuego por temor a quemarse con sus llamas, se morirá temblando de frío y nunca podrá alegrarse con los beneficios de la luz.
Y, quien no es capaz de sufrir y sacrificarse por los demás, jamás gozará de la felicidad de amar y ser amado…
Porque, ¡todo lo que vale la pena exige grandes sacrificios!