«Babar», Rey Elefante


Uno de los dibujos del popular elefante, que se caracterizó por gobernar con bondad, sabidurí­a y justicia.

Paola Messana

La biblioteca Morgan de Nueva York expone una excepcional colección de láminas, bocetos y primeras ediciones de «Babar», cuentos infantiles ilustrados sobre el famoso rey de los elefantes.


Laurent de Brunhoff, hijo del creador del famoso personaje de historieta para los más pequeños que tuvo un éxito mundial –incluyendo en Estados Unidos– tras su primera publicación en 1931, tení­a 6 años cuando su madre inventó al personaje de «Babar» para hacer dormir a sus dos hijos.

Al desarrollar el invento de su mujer, Jean de Brunhoff, artista plástico, realizó una serie de dibujos y textos que relatan la historia de este elefante que llega a Parí­s luego de que un cazador mata a su madre en la selva.

En la capital francesa el paquidermo conoce a la «vieja dama», una anciana delgada y generosa que lo lleva a una tienda, lo hace vestir con traje verde y sombrero, y lo educa, antes de dejarlo regresar a la jungla, donde se casa con Celeste y se convierte en el rey de los elefantes en una ciudad ideal, donde reinan la justicia, la igualdad y las diversiones.

«Babar es uno de los personajes más queridos por los niños en todo el mundo», comentó Christine Nelson, que organiza la exposición de 175 documentos, acuarelas, esbozos sucesivos de textos y originales de algunos de los primeros viajes del elefante. «Aquí­ se ve el proceso de elaboración de las historias, la evolución de los dibujos, es algo excepcional», agregó.

Cerca de la mitad son obra de Jean de Brunhoff, que publicó ocho libros antes de morir prematuramente en 1937, y la otra mitad son de su hijo Laurent, que retomó la posta a los 20 años a fines de la Segunda Guerra Mundial.

Manteniendo el mismo estilo de dibujos pero más coloridos, Laurent, que es pintor, continuó la historia de Babar, Celeste y sus tres hijos Pom, Flora y Alejandro, pero dejando más espacio a su travieso primo Arturo, cuyas desventuras se convirtieron a menudo en el centro de la historia.

«Historia de Babar el pequeño elefante» (1931), «El viaje de Babar» (1932), «Las vacaciones de Zéphir» (1936), «Babar y el travieso Arturo» (1946) son algunos de los tí­tulos que evocan recuerdos de infancia a muchos «baby-boomers» nacidos después de la guerra, pero también a sus hijos o nietos. Todos conocen de memoria la «canción de los mamuts»: «Patali dirapata, cromda cromda ripalo, pata pata Kokoko».

«Los niños tienen las mismas necesidades en todo el mundo a través de las generaciones», estimó en entrevista con AFP Laurent de Brunhoff, de 83 años, que vive en Nueva York desde hace más de 20 años con su esposa norteamericana.

Los originales, expuestos a partir del sábado, «son maravillas artí­sticas e históricas, estoy emocionado y orgulloso», agrega el dibujante, que a partir de los años 60 imaginó menos aventuras y se dedicó a explotar la veta, recurriendo incluso a una adaptación para la televisión.

Su último libro, que acaba de ser publicado en inglés, «Los Estados Unidos de Babar», con fondos de fotografí­as de paisajes, se parece más bien a una guí­a turí­stica donde los norteamericanos «son optimistas porque viven en una democracia», que a una nueva aventura del rey de los elefantes en terno verde.