Deportados no se ven como guatemaltecos


Según Miguel íngel Ibarra, viceministro de Relaciones Exteriores, los guatemaltecos deportados de Estados Unidos,  principalmente jóvenes, han perdido su identidad, por lo que

La oferta laboral de Estados Unidos y su influencia cultural sobre la población migrante -especialmente en jóvenes- dificulta su reinserción a la sociedad cuando se concreta su deportación, expresó Miguel íngel Ibarra, viceministro de Relaciones Exteriores.

Javier Estrada Tobar
lahora@lahora.com.gt

Después de un largo proceso judicial y de deportación en Estados Unidos, los migrantes guatemaltecos aún deben enfrentar el gran reto de conseguir su reinserción en la sociedad.

Sin embargo, en este último proceso se encuentran con serias complicaciones en el aspecto económico y cultural, ya que deben cambiar su forma de vida de una forma radical, en comparación a la acostumbrada en Norteamérica.

En primera instancia, la reducida oferta laboral les impide mejorar su situación económica, así­ como la de sus familias, que por tiempo han creado una dependencia a través de las remesas que enví­an desde EE.UU.

Al respecto, Ibarra sostiene que las dificultades en la reinserción laboral obedecen a la ausencia de polí­ticas laborales integrales, que además se ven afectadas por los bajos salarios que se pagan en el paí­s.

«No ha habido un programa en donde pueda atenderse al migrante a su retorno, para quien pueda incorporarse a la vida activa», señaló.

Menos identidad

Otro de los aspectos que inciden en la reintegración social de los deportados, es la fuerte influencia que ejerce la cultura estadounidense en los migrantes, especialmente en los jóvenes.

«Cuando regresan a su paí­s de origen, muchos jóvenes desconocen por completo las costumbres y tradiciones originales de su familia, lo que crea un malestar en su forma de vida», explica la socióloga Mirtala Rodrí­guez.

La profesional sostiene que la influencia del «sueño americano» llega a todos los ámbitos de la vida de los migrantes, desde la forma de alimentación, vestido y la forma de pensar en su vida diaria.

«Yo he visto una segunda generación en Estados Unidos, donde los jóvenes ya no hablan español, conocen poco de Guatemala y ya no les interesa venir», comenta Ibarra.

«Es un shock muy fuerte cuando tienen que regresar a las comunidades pobres, cuando han tenido acceso a algunos lujos, pese al esfuerzo y sacrificio que eso implica (…) muchos se niegan a sí­ mismos como guatemaltecos», sostiene Rodrí­guez.

Más intentos

En cooperación con el Gobierno de Israel, el ministerio de Relaciones Exteriores realiza un taller sobre la reinserción socioeconómica de guatemaltecos retornados, con el cual se pretende lanzar una polí­tica de integración en el largo plazo.

Las autoridades de relaciones exteriores sostienen que los esfuerzos conjuntos con establecimientos educativos y la instalación de proyectos productivos pueden reducir las migraciones en el paí­s.

Sin embargo, la población que viaja de forma indocumentada hacia EE.UU., se incrementa a un ritmo acelerado y quienes son deportados por las fuerzas migratorias estadounidenses realizarán más intentos para alcanzar su sueño americano hasta la implementación de una verdadera polí­tica de integración social, puntualizó Rodrí­guez.