En la Galería Cantón Exposición, de la Fundación G&T Continental, a cargo de la dinámica gestora cultural María Girón, se inauguró el pasado jueves 11 de septiembre de 2008 la muestra de fotografías titulada «Ritos nocturnos», de mi hermano León Aguilera Radford. Este conjunto de originales fotografías significa para el artista cinco años de trabajo, representados en una selección de viñetas de recónditos sentimientos. Estas fotos analógicas-digitales nos trasladan a un mundo que pareciera imaginario: el mundo nocturno que por momentos es el de los sueños, el de los espejismos, de las ilusiones y del inconsciente mismo; pero este mundo es tan real como la noche, la oscuridad o las tinieblas y en algunos casos puede causar inseguridad, tormento, temor o desequilibrio en los seres humanos. Y esto es lo que León Aguilera Radford nos transmite a través de su ciclo de imágenes fotográficas de carácter personal: las entelequias de la noche, las visiones que residen en la psique, los temores y sensaciones que nos hacen, sin querer, regresar a un pretérito que quizá sea la primera habitación de la existencia. Estas fotografías son sus acuarelas del tiempo: enigmáticas y misteriosas captan una imagen que se imprime en el instante, deteniendo el lapso para siempre. Aquí encontramos no solamente la personalidad del autor, sino también un profundo estudio psicológico y filosófico de los diferentes sentimientos que suceden a los seres humanos en el transcurso de la noche. Sobresale en varias de las fotografías, la presencia del dios egipcio Anubis, quien invade el dormitorio del artista; pareciera como si todo lo que se encuentra alrededor de este dios fuera una ofrenda, un ritual, un homenaje a este ser mitológico. Originalmente, Anubis era una divinidad que poseía cuerpo de hombre y cabeza de chacal; más adelante se convirtió en el dios de ultratumba o dios de los muertos. Era el encargado de los rituales funerarios como la momificación de los fallecidos y de conducir las almas a la presencia de Osiris. La misión de Anubis era la de mostrar el sendero que conduciría a los muertos hacia el más allá, por tal motivo se le llamó «guía de los caminos». Entre otras valiosas imágenes fotográficas se encuentra la de un gato errabundo, el gato ultravioleta que quedó allí plasmado, petrificado, estatua nocturna, efigie a través del cristal. Esta foto me impresionó mucho y me recordó que en el antiguo Egipto tenían como dioses a los felinos: adoraban a los gatos, por lo que eliminar a uno de estos animales se castigaba con la muerte; lo contrario sucedió en la Edad Media cuando pensaban que los gatos eran ayudantes de Leviatán o Lucifer: los quemaban o los sacrificaban vivos. Hoy en día la Iglesia Católica ha declarado Santos Patronos de los animales -incluyendo a los gatos- a San Antonio Abad, San Francisco de Asís y San Martín de Porres. ¿Por qué tanta contradicción para con estos pequeños felinos? Talvez sea porque el gato es en realidad la paradoja de un animal doméstico, y los humanos saben que son seres independientes, muy perceptivos e intuitivos. Y como lo escribí en mi composición poética «Felinos misteriosos», para mí los gatos son: «Seres visionarios/ dioses venerados/ por sabios inventores/ del antiguo Egipto./ Nirvanas del pasado/ descubren en sus ojos/ el porqué de la existencia./ Contemplan en vigilia/ los misterios más profundos/ de un mundo insubsistente./ Faraones indomables/ metafísicos del alma/ profetizan los albures/ y observan en las noches/ el destino del planeta/ hilvanando el tiempo/ en cósmicas burbujas./ Transitan en el alba/ y vislumbran en la bruma/ la presencia creadora/ reflejada/ en la luz de las estrellas.» La exposición y venta «Ritos nocturnos», de León Aguilera Radford, estará abierta hasta el sábado 27 de septiembre en Cantón Exposición del Distrito Cultural 4º Norte en la Ciudad de Guatemala.