Patria nueva



Aura Marina Castañeda Sagastume

Tierra mí­a que estuviste triste,

secuestraron tus sueños,

secuestraron tus rezos,

y el pensamiento de tus hijos

fusilado.

Se poblaron los campos

de anónimos sepulcros,

en fosas comunes

cayó la dignidad y la inocencia;

en cí­rculo volaron

las aves de rapiña

amenazando la esperanza

y la paz la arrebató el quebranto.

En el rincón del olvido,

rota por el combate,

se asesinó tu alegrí­a;

hecha pedazos

deambuló la esperanza;

y en el fango

unida a las raí­ces del maí­z

la sangre derramada por tus hijos.

Como a niña atormentada

fueron sacudidos los huesos de mi patria

y en el abismo rodaron

el ideal y los sueños.

Del dolor nació el perdón,

una lluvia delgada roció el amor,

sobre los surcos de pena,

entre los escombros y el temor

se irguió con valentí­a,

la fe de un nuevo ideal.

Se abrió paso en el fango

el ala inmaculada de paloma

y levantó su vuelo;

remendados los retazos de los sueños

alzaron en coro feliz

el canto de la paz y la concordia.

Se ha extendido con dignidad

la mano del perdón,

el fusil enemigo avergonzado

se ha roto en el silencio.

Surgió la inteligencia,

el golpe a la conciencia

y la sed del final.

Como ángeles divinos,

en ambos lados

la bondad unió los pensamientos

y en heroico afán

se gestó el nacimiento de la paz.

Patria

te cruza el viaje eterno en raudo vuelo

de la paz y el amor

tu horizonte infinito de dorada inquietud

alumbra las calles de los nuevos sueños.

Patria, de la mano las dos

y de rodillas

recibamos en besos

la bendición de Dios.