Antecedentes histórico-sociales de la Independencia de Centroamérica y Guatemala (1795-1821)


Representación alegórica del 15 de septiembre de 1821 después de la firma del Acta de la Independencia en las arcadas del Palacio de los Capitanes Generales de la Nueva Guatemala de la Asunción. Pintura de Agustí­n Iriarte a principios del siglo XX. Ilustración tomada de la Historia General de Guatemala, 1995.

El movimiento independista centroamericano tuvo profundas raí­ces económicas que forman a no dudarlo la infraestructura del paí­s, la base económica que en conjunción con otros factores determinó el momento histórico al que hoy nos referimos. Las causas económicas de la independencia de Centro América se pueden estudiar en dos grandes planos, a saber: causas externas y causas internas.

Celso Lara

Facsí­mile original del Acta de Independencia de Centroamérica firmada el 15 de septiembre de 1821 en el Palacio de los Capitanes Generales de Centroamérica (Archivo General de Centro América). Ilustración tomada de la Historia General de Guatemala, 1995.Marqués Don Juan Fermí­n de Aycinena, uno de los hombres más poderosos de la Nueva Guatemala de la Asunción durante la época de la Independencia en 1821, ya que bajo su cargo estaba el barco de cabotaje por lo que distribuí­a todas las mercancí­as entre España y el Reino de Guatemala. Ilustración tomada de la Historia General de Guatemala, 1995.Retrato de Fernando VII

CAUSAS EXTERNAS

Debemos estar claros que un paí­s no está solo en el orbe, sino se interacciona con el resto de paí­ses del mundo, por pequeño que sea, y la influencia mutua es muy sensible. De allí­ que en gran medida que lo que suceda en un lugar determinado afecte a otras secciones del mundo. Esto cobra mayor validez en el plano económico.

1. Desarrollo Industrial de los Paí­ses Europeos

El desarrollo económico que habí­an adquirido otras naciones europeas como Inglaterra que estaba por culminar su Revolución Industrial; lo que también puede decirse de los Paí­ses Bajos. Por lo tanto, en ellos habí­a un mayor desarrollo de la industria, especialmente textil. Para su desenvolvimiento eran necesarios dos elementos indispensables: materias primas, que muchas veces no se producí­an en el paí­s, y mercado donde colocar dicha producción industrial. Inglaterra habí­a entrado de lleno al capitalismo. Otros paí­ses europeos, como Holanda y Francia, seguí­an también el mismo camino que Inglaterra. No se olvide la industria textil y en especial los paños de seda producido por Holanda. ¿Y cuál era el papel jugado por España en esta carrera del capitalismo? España se quedó rezagada, convirtiéndose únicamente en un intermediario entre las colonias americanas y aquellos paí­ses dueños de esa producción industrial; y además con el producto del monopolio que ejercí­a sobre sus colonias estaba en capacidad de agenciarse los productos económicos que España explotaba en América, llegaban a ella, y automáticamente eran trasladados a los paí­ses industrializados de Europa. De allí­ que sea tan acertada la hipótesis que afirma que por medio de los metales preciosos de América, las cortes europeas se inundaron de oro.

2. Restringido comercio de cabotaje

Por otra parte, no debe olvidarse que el comercio que tení­an las colonias americanas era muy restringido debido a que la madre patria prohibí­a comerciar con otros puertos que no fueran los españoles de Cádiz y Sevilla. A esto se sumaba el hecho que España no producí­a lo que sus colonias necesitaban, pero sí­ los otros paí­ses industrializados de Europa. Dichos productos entraron a América entonces por medio del contrabando, especialmente alimentado por los ingleses.

í‰sta es la enorme laguna económica que encontramos en 1821: un paí­s europeo con una enorme extensión de tierra, al otro lado del océano ; al cual le era ya imposible sostener el imperio; endeudado con banqueros alemanes e ingleses, y sin una base económica fuerte que lo sustituyera. Además las efervescencias polí­ticas y sociales que conmoví­an la metrópoli española, minaron de tal manera la economí­a hispana, que España no pudo seguir sosteniendo a sus colonias; por lo que prefirió, en el caso de las colonias más pobres, que no reportaban mayores ingresos a la corona, especialmente, las colonias agrí­colas, como el Reino de Guatemala, otorgarles la libertad. Indudablemente que a la corona española lo que le preocupaba eran los grandes yacimientos de plata y oro que se encontraban en México y Perú. En éstos la guerra de independencia fue más cruenta.

CAUSAS INTERNAS: CRISIS ECONí“MICA DEL REINO DE GUATEMALA

Como corolario a los descalabros de la madre patria, en las provincias agrí­colas, de suyo empobrecidas, se desencadenó una grave crisis económica. Es el caso de Guatemala donde a finales de los años de la dominación española, la Audiencia de México contribuí­a al sostenimiento del Reino. Es elocuente el dato que proporciona el último tesorero real: en las cajas reales al momento de declararse la independencia nacional, existí­a la cantidad de $.60 pesos y medio real; lo cual da una idea de lo profundo que la crisis económica habí­an afectado al reino. Esta crisis económica se debí­a en gran parte a lo siguiente:

1. Abolición de impuestos

Como producto de la Constitución polí­tica de 1821, los impuestos pagados por los pueblos de indios en concepto de tributos fueron abolidos, como también los impuestos sobre el tabaco y la alcabala. Además, la constitución decretaba la libertad de comercio. Esta abolición de impuesto sobre productos que mayores ingresos reportaban al fisco, y que prácticamente lo sostení­an, agudizó la crisis interna a puntos bastante graves.

2. La Libertad de comercio

Habí­amos referido que la libertad de comercio fue decretada por las Cortes de Cádiz en 1812, con lo cual se vino a romper el monopolio que tení­an sobre el comercio en esta parte del mundo hispánico los puertos y comerciantes españoles.

Esta libertad de comercio contribuyó a mejorar en alguna medida la raquí­tica economí­a del reino en forma global, pero en lo particular arruinó especialmente a los artesanos cuyos tejidos y manufacturas se veí­an obligadas a competir con las que arribaban del extranjero. Ello va a ser determinante en el momento de la Independencia, y va a explicar en gran parte el porqué se oponí­an a ella.

3. La caí­da de los precios del añil

Guatemala tanto en la época prehispánica, como en la de la dominación española, y en la actual época de globalización, ha sido siempre un paí­s agrí­cola, monocultivista. Es decir siempre ha dependido de un cultivo como sostén básico de su economí­a.

Al final de la época colonial, Guatemala exportaba a España añil, colorante utilizado en la fabricación de telas en otros paí­ses europeos, especialmente Inglaterra. A principios del siglo XIX la caí­da de los precios del añil en el mercado mundial fue verticalmente aguda, por lo que obligó al Reino de Guatemala a buscar otro producto que lo sostuviera, encontrando más adelante la salvación de su comercio en la plantación y exportación de la cochinilla.

Es precisamente en el año de 1821 cuando la crisis del añil alcanzó su cúspide, y el perí­odo de angustia y bancarrota hizo su aparición.

Guatemala prácticamente se quedó sin base económica la cual influyó en gran medida en la estructura social del momento, y de allí­ que esa misma estructura haga crisis. Guatemala no se va a recuperar sino hasta la época conservadora de los treinta años cuando se consolida la producción y exportación de cochinilla para una nueva metrópoli: Inglaterra, (1838-1870)

4. Monopolio del comercio en manos de criollos y peninsulares

Otra causa que va a repercutir hondamente en la economí­a del paí­s, y más aún en el movimiento independista, es el monopolio comercial que mantení­a un grupo reducido de criollos y peninsulares, que desde la época colonial habí­an detentado el poder económico. Además todos estaban prácticamente asentados en la capital del reino, en la recién fundada Nueva Guatemala de la Asunción. Este núcleo comercial tení­a el monopolio de los puertos, y en gran medida del transporte. Dominaba tanto el comercio exterior como el interior. Y aquí­ se repite la misma estructura y la misma dinámica. Así­ como España serví­a de intermediaria entre los paí­ses en ví­as de industrialización europeos y sus colonias americanas, así­ la élite de comerciantes serví­a de intermediaria entre las provincias del reino de Guatemala y la metrópoli española.

La presión de los comerciantes monopolistas va a generar en gran parte el movimiento independista. Al percatarse de la crisis que azotaba el Reino de Guatemala, y a la vez, que España se habí­a convertido en liberal, y que por lo tanto ya no respondí­a a sus intereses monopolí­sticos al haberse decretado la libertad de comercio, incitaban a declarar la independencia de la madre España.

Esta élite en 1821 se decide a dar el paso trascendental: Declarar la Independencia «antes que el pueblo mismo tomara la delantera y lo hiciera» como reza el artí­culo segundo del acta del 15 de septiembre. Sin embargo este grupo monopólico ya tení­a previsto sus planes, como lo demuestran los acontecimientos: proclamó la Independencia de Centro América y enseguida buscó la anexión al imperio mexicano. De esta forma su papel de intermediario entre una metrópoli, que en este caso serí­a México, y las provincias del antiguo reino lo seguirí­a desempeñando a cabalidad.

Es significativo que el 17 de septiembre, dos dí­as después de la firma de la flamante acta que declaraba la independencia nacional, el presidente Gabino Gainza, último Capitán General, representante del gobierno español, decí­a al regente del Imperio Mexicano que él y la sociedad guatemalteca veí­an con beneplácito la anexión a México. Todos estos factores entrelazados dieron origen al movimiento independista. Lo que sí­ debe quedar claro es que este hito de la historia de Guatemala y Centro América, necesita ser estudiado y enfocado desde otro punto de vista más cientí­fico que el tradicional. Es necesario ahondar en las raí­ces económicas, sociales y polí­ticas que afectaron a Guatemala en ese momento. Solo cuando en realidad lo hagamos nos podremos comprender mejor como pueblo múltiple y diverso y encontraremos que por fin entendemos nuestro presente.

Las fuentes para la elaboración de este artí­culo son producto de la investigación del autor a nivel bibliográfico, hemerográfico y de archivo. Por lo tanto, la responsabilidad de las opiniones solo corresponden al mismo.