El gobierno de Sri Lanka lamentó hoy la muerte de 65 civiles en los bombardeos del miércoles sobre un campamento de refu
Al menos 65 civiles tamiles murieron y otros 300 quedaron heridos en los bombardeos del ejército sobre la región, según un portavoz de los Tigres de Liberación de Tamil Eelam (LTTE), grupo que lucha desde 1972 por la autonomía del noreste de Sri Lanka.
«Aunque lamentamos este episodio, estamos también obligados a decir que pensamos ante todo en la seguridad nacional», declaró a los periodistas el portavoz gubernamental para la Defensa, Keheliya Rambukwella.
El vocero aseguró que el objetivo del ataque eran dos posiciones de la artillería de los Tigres Tamiles en el distrito de Batticaloa.
«Las acciones emprendidas por las autoridades militares eran algo inevitable», añadió.
Según esta fuente, los LTTE habían disparado durante semanas obuses de mortero y artillería contra posiciones gubernamentales y asentamientos civiles situados en la región.
«Los LTTE utilizan escudos humanos para sus operaciones» militares, acusó por su parte el ministro de Información, Anura Yapa.
El baño de sangre del miércoles es el primero de esta envergadura que se produce desde el fracaso de las negociaciones de paz en Ginebra el 28 y el 29 de octubre, cuando los rebeldes y el gobierno no lograron llegar a un acuerdo para poner fin de forma pacífica a tres décadas de conflicto.
Desde el comienzo de la insurrección unos 60 mil civiles y militares han perdido la vida a causa de la violencia. En lo que va de 2006 unas 3.300 personas han muerto.
Los bombardeos del miércoles fueron condenados por Noruega, país mediador en Sri Lanka, cuyos observadores destinados en el país dijeron que las fuerzas de seguridad habían disparado cohetes contra dos escuelas en las que se alojaban desplazados por el conflicto.
«Es muy grave. Las fuerzas gubernamentales dispararon contra gente desarmada con el objetivo de matarla», explicó a la radio NRK el ministro noruego de Ayuda Internacional, Erik Solheim.
El LTTE lucha por la autonomía del noreste del país, cuya población es mayoritariamente tamil, y no cingalesa, como el resto de Sri Lanka.