NINETH MONTENEGRO Sí PUEDE HACERLO


Señora Nineth, usted sabe quiénes son los menos corruptos entre los actuales diputados y sabe a quiénes acudir para organizar un movimiento de sanación en el Congreso.

Dr. Carlos Pérez Avendaño

Es que este Congreso que se ha convertido en el paradigma de la corrupción y ha servido de ejemplo para que ese mal se infiltre de manera escandalosa dentro de todos los estratos de nuestra ahora mentalmente enferma sociedad merece desaparecer

Reconozco mi incapacidad para señalar entre los diputados a aquellos que por su honradez se sienten avergonzados de estar inmersos en ese entorno y que, por lo tanto, serí­an los indicados para iniciar, dentro del mismo Congreso, un movimiento de autodepuración. Sin embargo, usted d. Nineth Montenegro sí­ podrí­a hacerlo.

Es triste, pero ante esa triste realidad, por enésima vez, vienen a la mente figuras como la de un José Garcí­a Bauer, varón que cuando hace algunos años era diputado, dignificaba al Congreso por su inteligencia, su honrado quehacer e incuestionable valentí­a. ¡¡Qué contrastes con los actuales!!

¿Y no se recuerdan ustedes estimados y ahora ya maduros compatriotas, de aquellos a quienes hace algunas décadas se les llamaba los «doce Apóstoles» y a quienes se recuerda y se agradece su limpia y ejemplar actuación? ¡¡Tiempos idos que se añoran con tristeza!!

Es por la carencia de esos tan anhelados ingredientes que también se siente hoy otra clase de pesadumbre al contemplar la desvergí¼enza que campea dentro de nuestros actuales diputados quienes no les importa manchar el apellido que han heredado a sus hijos. ¿Acaso no es eso motivo de una decepción que raya en ominosa depresión? Me siento triste por ti Niña Guatemala porque tus hijos te han fallado.

¿No será posible que usted, Nineth logre que esos hijos pródigos diputados se arrepientan de haber despilfarrado 82 millones, regresen a pedir perdón, devuelvan lo mal habido y renuncien a su curul? Así­ quedarí­a el campo limpio.

Serí­a de ilusos pensar que el rescate de los valores morales ahora perdidos surja como iniciativa de los actuales diputados en cuyas manos está la elaboración de leyes, incluyendo la Constitución que, indudablemente la elaborarí­an pensando, antes que nada, en su derecho personal. La iniciativa habrá de venir de alguien como Nineth Montenegro, a quien considero una recta mujer y quien podrí­a encabezar un movimiento que congregue a los escasos diputados, de los todaví­a buenos, para intentar el desaforo de los peores y entonces talvez lograr, la disolución del Congreso. ¡¡Qué alegrí­a!!

Indudablemente que ese movimiento lograrí­a el apoyo de personalidades como nuestro Cardenal Quezada Toruño, la Conferencia Episcopal, la Unión de iglesias cristianas y las universidades del paí­s con sus respectivos consejos superiores.

Estoy consciente de las implicaciones de un golpe montenegrino de ese calibre al que muchos politiqueros se opondrí­an. Pero…la peor lucha es la que no se hace. Urge una salida ya, antes de que se les vaya a calentar la cabeza a algunos chafas que pretendan darnos otro tipo de golpe ¡¡Sólo eso nos faltaba!!

Si acaso, algo así­ sucediera y volviéramos a la deprimente época de la fuerza bruta, la Niña Guatemala llorarí­a, llorarí­a y llorarí­a hasta ahogarse en sus lágrimas. Por eso, doña Nineth?. ¡¡háganos el favor!! Ahorita.