Retrospectiva de Francis Bacon


Sexo, soledad, muerte: los grandes temas que obsesionaron a Francis Bacon toda su vida son los hilos conductores de la ambiciosa retrospectiva que consagra el Tate Britain de Londres a ese artista, en anticipación del centenario de su nacimiento, en el 2009.


«La creencia de que el hombre existe en un mundo sin Dios y que, como dijo el poeta T.S. Eliot, todo se reduce a «nacer, copular y morir», son las dos coordenadas de la obra de Bacon», explicó uno de los comisarios de la muestra, Chris Stephens, durante la presentación el martes a la prensa de la antológica.

La retrospectiva, que abre el jueves, hasta el 4 de enero próximo, incluye cerca de 70 de las obras más importantes del artista nacido en Dublí­n en 1909, de padre y madre inglesa, y que murió en Madrid, en 1992.

«Vagamente cronológica», en palabras de Stephens, la antológica, que está dividida en ocho periodos, además de una sala entera consagrada a sus «Crucifixiones», confirma a Bacon como uno de los creadores más influyentes del siglo XX.

La estrella de esta retrospectiva es el poderoso y perturbador «Trí­ptico» (1976) que la casa de subastas Sotheby»s vendió en mayo en Nueva York por 86,2 millones de dólares (55,4 millones de euros), convirtiéndola en la obra más cara vendida en una puja de un artista de los llamados de posguerra.

Inspirado por la mitologí­a griega, el trí­ptico fue adquirido, según la revista especializada Art Newspaper, por el magnate ruso Roman Abramovich.

Aunque la retrospectiva viajará en febrero al Museo de El Prado, en Madrid, y luego al Museo Metropolitano de Nueva York, el «Trí­ptico» (1976) se podrá admirar sólo en Londres, porque su propietario sólo se lo ha prestado a la Tate, indicó el museo.

La retrospectiva de Bacon -que es la primera en Gran Bretaña en 23 años- incluye también una sala dedicada a George Dyer, que fue el gran amor del artista desde mediados de los años 60 hasta su suicidio en un hotel de Parí­s, en 1971, dos dí­as antes de la apertura de una gran retrospectiva de Bacon en la capital francesa.

Figuran también en la exhibición de la Tate los estudios del Papa Inocencio X inspirados en Velázquez, las pinturas de hombres y animales con rostros distorsionados por un grito, y lienzos de la serie de los luchadores, entre otras obras violentas y viscerales.

«Esta es la tercera retrospectiva que le dedica la Tate a Bacon, pero es la primera que ha sido pensada para el público del siglo XXI», recalcó Matthew Gale, el otro comisario de la exhibición.

Stephens recalcó por su parte que esta ha sido la primera vez que un museo tiene acceso a los archivos de Bacon, cuya existencia era conocida pero cuyo acceso fue sólo posible hasta después de su muerte.

Fue sólo entonces que se pudieron estudiar cientos de fotos, diseños e imágenes recortadas halladas tras la muerte de Bacon en su estudio, y que la Tate expone en una sala para iluminar el proceso creador del artista.