Desde las frías tierras del altiplano occidental hasta las zonas más calurosas del oriente, y las áreas frescas de la meseta central albergan uno de los cultivos más importantes para la economía y desarrollo del país, el café.
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Reconocido por su alta calidad y variedad, el café producido en Guatemala es uno de los primeros productos nacionales que ha conseguido un trascendental reconocimiento en el mercado internacional.
Desde las más importantes firmas estadounidenses dedicadas a la alta cocina, hasta los más lujosos hoteles asiáticos, ponen en la mesa de sus clientes una taza del café nacional, proveniente de una de las ocho regiones productoras del país.
La expansión de este producto ha llevado a la creación del término Guatemalan-coffee, surgido en la última década para denominar en el extranjero, a la variedad de cafés nacionales que destacan por su variedad de aromas, sabores y composición de alta calidad.
En consecuencia, degustar esta bebida ha dejado de ser una simple práctica cotidiana para transformarse en una experiencia gourmet, debido al refinamiento en los procesos de producción y preparación.
Pero, ¿qué hace tan especial a los distintos tipos de café de Guatemala? «La respuesta es muy sencilla» dice Domenico Fernández, quien desde hace más de 15 años administra cafetalera en el kilómetro 38 de la carretera Interamericana, en el municipio de Fraijanes, Guatemala.
Siguiendo la costumbre de su abuelo y su padre, Fernández considera que el secreto del café nacional se encuentra en los altos estándares de calidad que se fijan desde el inicio de la cosecha hasta la preparación y presentación de la bebida.
Calidad antes de cantidad
Hace más de una década, Guatemala se vio en medio de una crisis económica por la caída en los precios internacionales del café, ocasionada por los pujantes competidores internacionales, como Vietnam y Brasil, que vieron importantes cantidades de granos vendidos desde sus primeras cosechas.
Sin embargo, el café nacional sufrió una transformación en su producción, de tal forma que la calidad se convirtió en su estandarte en el mercado internacional, en el que jamás consiguió un competidor similar hasta la fecha.
Con una taza de humeante café entre sus manos, Fernández asegura que la producción nacional es algo de lo que está orgulloso, ya que a ello ha dedicado gran parte de su vida, como lo hicieron sus antepasados.
Importancia nacional
Además del prestigio que se ha ganado en concursos y subastas en el extranjero, el café también forma parte de una agroindustria con importantes aportes para la economía nacional.
Según la Asociación Nacional del Café (Anacafé), los ingresos por divisas de este sector productivo, representan más de US$700 millones hasta septiembre de 2008, y se prevé un importante crecimiento para el próximo año.
Contrario a lo que sucede con otros productos de cultivo tradicional, la producción del café no se ha incrementado sustancialmente en los últimos años, no obstante los ingresos por divisas se muestran en aumento debido al desplazamiento de los cultivos de baja calidad por los de alto reconocimiento.
Aporte laboral
En materia laboral, el cultivo, beneficio y comercio del «grano rojo» representa un aproximado de 73 mil plazas de trabajo, que en términos nacionales significa empleos para pobladores de 20 de los departamentos del país.
En medio de una crisis nacional, el economista Rubén Darío Narciso, de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales, refiere que el valor agregado del café podría reducirse por consecuencia de los efectos de la recesión internacional.
No obstante, Narciso considera que el sector cafetalero es fuerte y capaz de sobreponerse a los impactos exógenos, que podrían ocasionar una reducción en el consumo de Estados Unidos.
De acuerdo con los destinos de exportación, EE. UU. representa el principal comprador de la cosecha dedicada al extranjero, seguido por Japón, Canadá, la Unión Europea y en mínima proporción se encuentra Alemania.
Sin embargo, Anacafé se ha propuesto abrir nuevos mercados en el extranjero, donde destacan China y Rusia como potenciales compradores del café de alta calidad, debido al desarrollo económico de sus economías emergentes.
Ingresos extra
Además de los ingresos por las exportaciones, Narciso señala que la caficultura también representa beneficios para el turismo, ya que la promoción efectuada por las cooperativas y asociaciones cafetaleras ha atraído a una importante cantidad de extranjeros, que se interesan por conocer el país donde se produce el café que consumen diariamente.
Al respecto, se lanzó una importante campaña nacional para promocionar las ocho regiones específicas donde se produce el café de alta calidad, que va desde las zonas del altiplano en el occidente hasta las zonas orientales del país.
Además se han introducido programas para la conservación del medio ambiente en las zonas cafetaleras, con el objetivo de mantener los climas adecuados en cada una de las regiones de producción y programas de desarrollos en materia de salud, educación y seguridad alimentaria para los trabajadores del campo.
Microdesarrollo
En el tema de caficultura no se involucra únicamente a grandes fincas y beneficios, también existen cientos de pequeñas granjas productoras y cooperativas que se dedican a la producción para el consumo interno y la exportación.
Helmer Velásquez, de la Confederación de ONG y Cooperativas, señala que los proyectos autosostenibles han demostrado ser efectivos en zonas rurales, donde las tierras altas permiten la producción del café de alta calidad.
Otro de los factores que ha impulsado a los micro, pequeños y medianos empresarios a involucrarse en la caficultura es el auge del mercado de productos «orgánicos» en Europa y EE. UU., por lo que sus gobiernos los apoyan por medio de proyectos de cooperación.
De acuerdo con la posición geográfica de cada zona donde se produce el café, la Asociación Nacional del Café clasifica el producto final en ocho regiones, con base en la composición de la bebida caliente.
Acatenango Valley, acidez marcada, aroma fragante, cuerpo balanceado y un posgusto limpio y persistente.
Antigua Coffee, elegante y bien balanceado, con exquisito aroma y sabor particularmente dulce.
Traditional Atitlán, deliciosamente aromático con una pronunciada acidez cítrica y mucho cuerpo.
Rainforest Cobán, notas afrutadas muy particulares, cuerpo fino y bien balanceado con aroma agradable.
Fraijanes Plateau, Acidez pronunciada y persistente, aromático con cuerpo definido.
Highland Huehue, Acidez fina e intensa, cuerpo lleno y agradables notas avinatadas
New Oriente, bien balanceado, con mucho cuerpo y sabor achocolatado.
Volcanic San Marcos, delicadas notas florales presentes en su aroma y sabor, acidez pronunciada y buen cuerpo.
Con las innovaciones tecnológicas, el comercio internacional del café también ha variado, de tal forma que las subastas por Internet se han convertido en uno de los medios más populares para que los productores ofrezcan sus cosechas.
Una de las mejores ventas concretadas en una subasta electrónica se dio cuando la finca «El Injerto I» consiguió vender cada libra de café a US$80, a un consorcio de compradores internacionales.
«Eso significa que cada quintal sería vendido a US$800, algo nunca antes visto en la historia de este país», dijo con sorpresa el presidente de Anacafé, Christian Rasch.
El prestigiado científico colombiano, Elkin Patarroyo se ha dedicado por completo a investigar la composición química del café y los beneficios que su consumo representa para los seres humanos.
Con los estudios internacionales que el doctor Patarroyo ha respaldado, sostiene que la bebida de café puede ser considerada como un complemento alimentario, debido a la gran cantidad de nutrientes que se encuentran dentro de su composición.
Los estudios científicos que han sido publicados durante las exposiciones de la Organización Mundial del Café, han contribuido a restar atención a los mitos que refieren que el café es dañino para la salud.
Por su parte, Patarroyo expone que el «consumo moderado de esta bebida» representa la ingesta de aminoácidos, lípidos, proteína, ácidos grasos, que puede contribuir a reducir las probabilidades de padecer enfermedades como el mal de Parkinson, cáncer de páncreas, osteoporosis, carcinogénesis, entre otras.
Son las 9:45 de la mañana, y una discreta alarma en el móvil de Christian Rasch, presidente de la Asociación Nacional del Café (Anacafé), anuncia un incremento en la cotización internacional del café.
En dos horas de entrevista, otros cuatro mensajes le advierten sobre los cambios que se prevén en el mercado internacional, como la baja en el precio del petróleo y la tensión en Estados Unidos por el paso de la tormenta Gustav.
Rasch sabe que poseer información completa y actualizada es sinónimo de poder, y confiesa que esa es una de las estrategias que le han llevado a desarrollar una de las asociaciones más importantes del país.
La Hora: ¿Qué es Anacafé?
Christian Rasch: Es una asociación que representa a más de 90 mil productores, sin embargo estimamos que este número podría ser mayor porque estamos en un proceso de geoposicionamiento de parcelas y fincas cafetaleras, por lo que podríamos llegar a ser hasta 125 mil productores.
LH: ¿En qué consiste el geoposicionamiento?
Rasch: Es la tarea de identificar a cada uno de los productores, para que puedan ser coordinados de mejor forma por las oficinas regionales de Anacafé. Al final conseguimos una gran base de datos con información que nos permite trazar líneas estratégicas de acción.
LH: ¿Cuándo inicia el funcionamiento de Anacafé?
Rasch: La organización fue creada en 1960, y a través de los años ha crecido, al punto que actualmente tiene más de 90 mil productores que operan en 20 de los 22 departamentos del país, lo cual representa 276 mil hectáreas de terreno cultivado con café.
LH: Menciona que puede haber más de 90 mil productores. ¿Se puede decir que el sector cafetalero está creciendo?
Rasch: Nunca ha dejado de crecer. Cada día más personas se interesan en el cultivo del café porque los precios han mejorado considerablemente a nivel internacional.
LH: De acuerdo con los registros de las últimas décadas, la producción de café no se ha incrementado considerablemente pero sí las ganancias. ¿A qué se debe esto?
Rasch: La producción de café se ha mantenido en los mismos niveles durante las últimas décadas pero hemos tenido un increíble crecimiento en calidad, lo cual ha generado que el valor agregado de la producción se eleve de forma incalculable.
LH: ¿A qué se atribuye el crecimiento de calidad?
Rasch: Tenemos que dejar claro que no somos un café genérico, en este aspecto se reconoce internacionalmente que el café guatemalteco es de alta calidad, de clase gourmet y con variedades que estimulan su crecimiento en ventas.
LH: El café ha superado a otros productos tradicionales en ingresos. ¿Cuáles son sus proyecciones a largo plazo?
Rasch: El café está pasando una buena temporada y creemos que la estructura nacional de este cultivo permitirá que crezca aún más. La estrategia se basa en el desarrollo económico y social de las personas que participan en esta economía. El café también representa salud, educación, nutrición y conservación del medio ambiente, por lo que no se puede subestimar su importancia. Definitivamente seguiremos creciendo.