Al menos 42 soldados murieron y otros 20 resultaron heridos este miércoles en un ataque suicida contra un campo militar situado en el noroeste de Pakistán, indicó una fuente del ministerio del Interior.
Este centro está situado a 70 km al norte de Peshawar, la gran ciudad del noroeste de Pakistán, cerca de la zona tribal paquistaní donde un ataque militar contra una escuela coránica dejó unos 80 muertos el pasado 30 de octubre.
«Unos 42 soldados murieron en el ataque y una veintena fueron heridos, algunos de gravedad», explicó a la AFP el portavoz del ejército paquistaní, el general Shaukat Sultan.
Es un acto terrorista y parece que fue cometido por un kamikaze. Nosotros continuamos nuestra investigación», agregó la misma fuente.
El anterior balance, proporcionado por responsables locales, informaba de la muerte de al menos 35 soldados en el campo militar de Dargai, donde se perpetró, sobre las 08H30 (03H30 GMT), el ataque suicida.
«Fue un ataque suicida, obra de un asaltante que logró acercarse a un grupo que se estaba entrenando en el campo» e hizo estallar los explosivos que llevaba encima, afirmó anteriormente a la AFP un alto responsable de los servicios de seguridad paquistaníes.
«La explosión fue terrible. Había restos humanos y sangre por todos lados», explicó un testigo, Hidayatula Jan, un vendedor de periódicos cuyo puesto está situado en el interior del campo.
Este es uno de los ataques contra el ejército paquistaní más mortíferos desde que Islamabad se alineara en 2001 con Estados Unidos en la «guerra contra el terrorismo», y todo apunta a que es una «revancha» de los militantes islamistas por el ataque del 30 de octubre, según el responsable.
Las autoridades paquistaníes aseguraron entonces que el ejército atacó la madraza del distrito tribal de Bajaur porque era utilizada por los islamistas como centro de entrenamiento vinculado a Al Qaida.
Responsables locales afirmaron en cambio que el ejército encubrió un ataque de Estados Unidos en el que murieron 80 «estudiantes y docentes».
Varios líderes islamistas locales habían prometido vengar la muerte de estos «inocentes» y aseguraron que decenas de militantes se habían preparado para perpetrar ataques suicidas.
«En aquella madraza se entrenaba a kamikazes para cometer atentados suicidas», aseguró el responsable de los servicios de seguridad. «Tenemos razones para creer que este ataque contra el centro militar está vinculado a la operación llevada a cabo contra los terroristas» en Bajaur.