La conmemoración de la Semana Santa o Semana Mayor en Guatemala fue declarada ayer Patrimonio Cultural Intangible de la Nación por las autoridades respaldadas por el Fondo de las Naciones Unidas para la Cultura, la Ciencia y la Educación (Unesco).
El anuncio lo hizo el presidente ílvaro Colom en una ceremonia realizada en el Palacio Nacional de la Cultura junto a la representante de la Unesco en Guatemala, Katherine Grigsby.
«La Semana Santa en Guatemala es una fiesta cultural colectiva, de profunda espiritualidad y de genuina autenticidad, que desborda su carácter religioso adquiriendo dimensiones sociales, económicas, estéticas, emocionales y sobre todo identitarias», señaló Grigsby en su discurso.
Según la representante de la Unesco, la celebración religiosa confiere a la nación guatemalteca un sentimiento de «identidad y continuidad», y es crisol y motor de diversidad cultural, por lo que su conservación no sólo es un deber, sino también una garantía de creatividad permanente.
Por su parte, el presidente Colom dijo que Guatemala es «un país mágico», que tiene todos los problemas del mundo, pero también todas sus riquezas.
«Tenemos esa indiscutible herencia maya, tenemos esta naturaleza tan bella en las montañas y la biósfera maya, y tenemos la Semana Santa que, para los que somos católicos, siempre ha sido un ícono del año. Es una expresión de fe, es una expresión de arte, es una expresión cultural, de raíces y de unidad de país», afirmó.
La celebración de la Semana Santa en Guatemala es famosa por la vistosidad de las alfombras con que se adornan las calles en pueblos y ciudades, elaboradas con flores naturales y aserrín de colores; las comidas propias de la época y las impresionantes procesiones que recrean la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
Miles de turistas, nacionales y extranjeros, acuden durante esos días a presenciar los distintos actos religiosos y manifestaciones de arte popular en ellos plasmados.
Según la delegada de la Unesco, estos factores, aunados a las marchas fúnebres, propias de la época, y a otras expresiones culturales, ponen de manifiesto el sentir de pertenencia a nivel nacional, situación que reafirma la identidad de los guatemaltecos.
«Esto constituye un primer paso importante en el proceso de nominación para su inscripción en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco», destacó Grigsby.
En 2001 la Unesco declaró Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad la lengua, danza y música garífuna; mientras que en 2005 otorgó la misma distinción al Rabinal Achí (teatro bailado), ambas presentes en Guatemala.