A diez días de la cumbre entre los presidentes Hu Jintao y George W. Bush, oficiales chinos y estadounidenses preparaban hoy en Pekín la reanudación de la ronda de negociaciones para convencer de una vez por todas a Corea del Norte de que renuncie al arma atómica.
Tras hacer escala en Tokio y Seúl, los subsecretarios de Estado norteamericanos Nicholas Burns y Robert Joseph mantuvieron una serie de entrevistas con responsables chinos, entre ellos, el canciller Li Zhaoxing.
Burns explicó que el objetivo de ese diálogo «era buscar la forma en que se puede acabar con el problema que suponen las ambiciones nucleares de Corea del Norte y trabajar de forma conjunta para llegar a una desnuclearización de la península coreana».
Tras reunirse con el ministro adjunto de Relaciones Exteriores, Dai Bingguo, Burns añadió que esperaba «mucho del encuentro de la semana próxima entre el presidente Hu Jintao y el presidente (George W.) Bush en Hanoi» para avanzar sobre la materia.
Pekín anunció ayer que Hu se reuniría con su homólogo estadounidense para mantener conversaciones bilaterales, al margen de la cumbre anual del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) que se celebrará los días 18 y 19 de noviembre en Vietnam.
Oficialmente, los dos altos responsables del departamento de Estado participaban hoy en la tercera sesión del «diálogo estratégico» entre China y Estados Unidos, iniciado en 2004.
Pero el dossier nuclear norcoreano se ha impuesto ahora en el diálogo bilateral desde el anuncio, a finales de octubre, de que el régimen comunista estaba dispuesto, tras una mediación china, a retomar las negociaciones multilaterales suspendidas desde hace un año.
La ronda está integrada por las dos Coreas, Estados Unidos, Rusia, China y Japón.
El Consejo de Seguridad de la ONU, del cual Estados Unidos y China son miembros permanentes, aprobó el 14 de octubre un paquete de sanciones en represalia al primer ensayo nuclear norcoreano, seis días antes.
Según Seúl, las negociaciones se retomarán de aquí a final de mes, o bien el mes próximo, en la capital china.
Tras el anuncio de la disposición de Corea del Norte a sentarse a negociar, el presidente Bush ha aplaudido el papel de Pekín en el contencioso, que representa un «interés común» en el que ambos países pueden «colaborar».
«Y cuanto más capaces seamos de colaborar, más posible será que el futuro presidente (estadounidense) pueda mantener la paz en Asia», declaró Bush.
Hoy, el departamento del Tesoro indicó que proseguiría sus conversaciones con Corea del Norte sobre la congelación de activos financieros de cuentas norcoreanas abiertas en un banco de Mónaco.
La semana pasada, Corea del Norte condicionó su vuelta a la mesa de diálogo a la «negociación y solución» del problema de las sanciones financieras impuestas principalmente por blanqueo de dinero por parte de Estados Unidos en 2005.