Rania Ibrahim, una iraquí de apenas 15 años, asegura que su sueño era estudiar medicina, pero su destino dio un vuelco brutal: el 24 de agosto fue capturada con 20 kilos de explosivos adheridos a su cuerpo con los que debía hacer volar el mercado de Baquba, al noroeste de Bagdad.
El atentado, preparado por su marido y otros miembros de la red Al Qaeda, según los investigadores, fue desbaratado a último momento por la policía que detuvo a la adolescente cuando ésta se aprestaba a cometer lo irreparable.
Ahora, detrás de las rejas, Rania clama su inocencia y afirma que fue manipulada por su marido y dos mujeres que la habrían cargado con los explosivos y conducido al mercado con el objetivo de hacer estallar la carga a distancia.
La bomba habría matado a todos aquellos que estaban en un radio de 50 metros, llevándola directo al paraíso, según los instigadores del ataque.
«Mi marido me dijo que había que ser mártir», dijo la joven Rania, de mirada tímida, que lleva en su piel las marcas del acné juvenil.
«Me dijo que iría al paraíso. Que allí había mujeres ángeles con la piel blanca y profundos ojos negros. Que el paraíso es como un enorme jardín lleno de flores, donde hay dos ríos, uno dulce y otro de miel», asegura.
Cubierta de pies a cabeza con su abaya negra, vestimenta tradicional de las iraquíes, Rania esboza una sonrisa infantil al recordar las palabras de su marido, a quien la policía describe como un miliciano de Al Qaeda buscado por 40 asesinatos, la mayoría por decapitación.
Rania contrajo matrimonio a los 14 años, al parecer, empujada por su madre que no tenía dinero y sin saber lo que la esperaba, según jura la muchacha.
Hoy es conocida en toda la ciudad, porque fue la kamikaze más joven detenida en Irak, un regalo del cielo para las fuerzas de seguridad iraquíes dispuestas a exhibirla a los medios de comunicación para alimentar la guerra de propaganda contra los activos insurgentes en la región.
Una insurgencia acosada por las milicias locales -ex aliados que ahora luchan junto a los estadounidenses- y que busca candidatos al suicidio entre las mujeres por falta de hombres suficientes, según la policía iraquí.
Más de 30 mujeres se alistaron como kamikazes este año, contra un puñado en 2007, de acuerdo con a policía.
En un banco de la comisaría central de Baquba, Rania, una sunita, asegura que ha sido manipulada y drogada por su marido y una de sus primas.
«Me dijeron que la bomba no estallaría», asegura, con la mirada perdida. Y dice que justo antes de ir al mercado le sirvieron «un vaso de jugo de melocotón»…»La cabeza me empezó a dar vueltas, y empecé a ver doble», recuerda.
Cuando la policía se cruzó el 24 de agosto con Rania, ésta intentaba, solita, cruzar el mercado, donde tres policías acababan de ser blanco de disparos, explicó el jefe de policía de la provincia de Diyala, el general Abdel Karim Jalaf.
«Según su plan, un miembro de Al Qaida estaba encargado de disparar contra los policías, para dejar que curiosos y policías se acercaran, y luego a distancia, hacer estallar a Rania en medio de la multitud», añadió.
Pero alertados por el comportamiento sospechoso de Rania, los hombres en uniforme le cerraron el paso y la detuvieron cuando se negó detener su marcha.
Un video grabado por la policía tras la detención, muestra a Rania esposada y con un chaleco de explosivos adherido a su cintura.
Uno de los investigadores encargado del caso afirma que no cree que haya sido manipulada y que el diagnóstico es claro: Rania es una «extremista».
«La hemos sorprendido en su celda preguntándole a su madre «Â¿Por qué ayudas a los infieles?»», explicó ese investigador que pidió el anonimato.
El destino de esta niña, que abandonó la escuela a los 11 años, estaba al parecer trazado por su familia: su padre fue kamikaze, y su hermano también.
Los negociadores iraquíess y estadounidenses mantenían fuertes divergencias hoy sobre el futuro estatuto de las tropas de Estados Unidos en Irak que debe ser presentado en unos diez días ante el parlamento de este país.
El proyecto de estatuto de las fuerzas estadounidenses (Status of Forces Agreement, Sofa) «será enviado al parlamento en los próximos diez días», declaró el primer ministro iraquí, Nuri Al Maliki, citado hoy por el diario Badr, propriedad del Consejo superior islamico de Irak (CSII), poderoso partido chiita.
«El gobierno espera una respuesta de Estados Unidos acerca de las disposiciones que protegen la soberanía de Irak y los intereses de su pueblo», declaró Maliki, sin más detalle.
«Los parlamentarios tendrán que decidir entonces si aceptan o rechazan el acuerdo», agregó.
Uno de los dirigentes del CSII, Hadi Al Ameri, manifestó sus dudas. «No hay texto definitivo hasta ahora y antes de ir ante el parlamento el texto debe ser presentado al Consejo político de seguridad nacional», que reune a los principales dirigentes del país, subrayó.
El presidente del parlamento, Mahmud Machhadani, precisó que ambas partes están en desacuerdo sobre siete puntos, sin revelar cuáles. «Estas disposiciones deben ser modificadas» para que «Irak pueda beneficiarse del acuerdo», insistió.
El principal punto de desacuerdo concierne la inmunidad de los soldados y funcionarios estadounidenses en Irak. «La inmunidad es el principal tema» en discusión, confirmó hoy Iyad Samarraie, un líder del Frente de concordia nacional, uno de los principales partidos sunitas.
«Los iraquíes quieren que sus leyes se apliquen a los estadounidenses presentes en Irak, pero los estadounidenses no están de acuerdo», agregó.
Cuando la secretaria de Estado estadounidense Condoleezza Rice visitó Bagdad, el 21 de agosto, «Maliki planteó varios temas y entendí que los estadounidenses deben contestar sobre esos puntos al gobierno iraquí», agregó, elogiando las «planteamientos duros y claros» de Maliki «sobre la cuestión de la soberanía iraquí».
Ayer el diario Al Irak publicó un texto presentado como un proyecto de acuerdo que revela divergencias entre Estados Unidos e Irak, en particular sobre la inmunidad de los soldados estadounidenses.
Estados Unidos, según ese texto, exige «tener en cualquier lugar la jurisdicción sobre sus ciudadanos, ya sean militares o funcionarios que trabajen para las Fuerzas Armadas».
Los iraquíes proponen al contrario que los «crímenes intencionales o los errores graves» dependan de la jurisdicción iraquí «bajo supervisión de un comité común iraquí-estadounidense».
Un desacuerdo subsiste igualmente sobre los estadounidenses que puedan ser arrestados por las fuerzas iraquíes. Estados Unidos desea que se les sean entregados inmediatamente mientras Irak prevé un lapso de 24 horas.
El Sofa debe regir el futuro estatudo de las fuerzas estadounidenses en Irak tras la expiración, el próximo 31 de diciembre, del mandato de la fuerza multinacional tal como lo fijó el Consejo de seguridad de la ONU.