Con una divertida comedia dirigida por los vencedores este año del Oscar, Ethan y Joel Coen, y protagonizada por los nuevos «cómicos» de Hollywood, George Clooney y Brad Pitt, se inauguró ayer la 65ª edición de la Muestra del Cine de Venecia.
El último filme de los talentosos hermanos estadounidenses, que participan fuera de concurso en Venecia con «Burn After Reading» (A prueba de espía), presentado mcomo estreno mundial, lleva el sello personalísimo de los Coen, expertos en mezclar hilaridad con violencia, sarcasmo, burla y humor negro.
«Empezamos a imaginar el filme a partir del reparto de actores, Clooney, Pitt, Tilda Swinton, John Malkovich,», confesaron en una rueda de prensa los Coen, cuya demoledora «No es un país para viejos» obtuvo cuatro Oscars.
Los brillantes directores transformaron a los dos hermosos divos de Hollywood en una caricatura cómica y a la vez cruel del estadounidense medio para ironizar sobre el mundo de los espías de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA), el poderoso Departamento de Estado, así como sobre los adictos a la gimnasia, al físico perfecto, la cirugía plástica y a la búsqueda de la pareja por internet.
«Pensar que escribieron mi parte pensando en mí no me parece muy lindo, la gente debe saber que ese es el punto de vista de los directores», suelta sin algún freno Clooney, en una conferencia que mantuvo el mismo tono alegre e irónico de la película.
El divo estadounidense, que pasa buena parte del verano en Italia, interpreta un policía federal obsesionado con hacer el amor para poder salir a correr tras la relación sexual y así mantener su físico.
Con el filme, los Coen completan la llamada «trilogía del idiota». interpretada por Clooney e iniciada con «Hermano, ¿dónde estás?» (2001) e «Intolerable crueldad» (2003).
El otro «idiota», el guapo Brad Pitt, es un entrenador de un gimnasio, conectado permanentemente al iPod, que se involucra en una historia de chantajes a un ex espía de la CIA (John Malkovich), despedido por problemas de alcoholismo y que empezó a escribir sus probables incómodas memorias.
«Por años quise trabajar en un filme de los Coen. Cuando me llamaron acepté con satisfacción, pero después de que leí el guión no sabía si sentirme feliz o insultado», contó Pitt.
Las estrellas de Hollywood, que sedujeron al público con su estilo, el uno dorado por el sol del Mediterráneo y el otro con un sofisticado sombrero blanco, llegaron la víspera para participar en un gala de beneficencia para recoger fondos para los refugiados de la región sudanesa de Darfur.
En la noche desfilarán sobre el legendario tapete rojo del Palacio de Cine, de cuya fachada brotan una serie de inmensos leones dorados en una alusión a la fuga del festival de su sede habitual hacia la nueva sede tras la apertura oficial de las labores de construcción.
El programa de la Mostra (27 agosto-6 septiembre) incluye en las dos secciones más importantes 41 filmes, de los cuales 21 en el concurso oficial en busca del codiciado León de Oro y 20, entre ellos 7 documentales, en Horizontes, tradicionalmente la más innovadora.
Un solo latinoamericano, el guionista y productor mexicano Guillermo Arriaga, compite por primera vez como director en la sección oficial bajo la bandera de Estados Unidos con el filme «The Burning Plain».
«Juzgaré por la mirada particular que darán del mundo», admitió la cineasta argentina Lucrecia Martel, miembro del jurado presidido por el director de cine alemán Win Wenders.
«Vamos a poder medir el estado de salud actual del cine y espero que en las decisiones no pesen sentimientos nacionalistas», prometió por su parte Wenders.
Hoy iniciará la competición oficial con la proyeccción de «Akires to kame» del japonés Takeshi Kitano y «Jerichow» del alemán Christian Petzold.
George Clooney