Con la victoria de Daniel Ortega en Nicaragua prácticamente asegurada, George W. Bush puede haber sufrido un revés ante Hugo Chávez en la lucha encarnizada de influencias que les enfrenta en Latinoamérica.
La victoria casi segura del ’hermano sandinista’, al que Chávez ha prometido petróleo barato, será un alivio para el presidente venezolano que acaba de sufrir a su vez un revés en Naciones Unidas, donde su país no logró conquistar la silla no permanente en el Consejo de Seguridad que disputaba con Guatemala.
Para el progresista Larry Birns, director del Consejo para Asuntos del Hemisferio basado en Washington, las relaciones de Estados Unidos con Latinoamérica están «en el peor momento en un siglo».
Los estadounidenses no escatimaron esfuerzos en Nicaragua para impedir la vuelta al poder de un enemigo de la Guerra Fría: sugerencias a los candidatos de derecha para que se unieran, amenazas a las relaciones bilaterales.
Para el analista político nicaragí¼ense Aldo Díaz Lacayo, el gobierno de Daniel Ortega «va a integrarse en el proyecto de unidad regional, proyecto bolivariano que ha surgido en los últimos años» en Latinoamérica.
Este viejo sueño, que tiene un componente «económico basado en el petróleo», se ha transformado en una confrontación sobredimensionada por el conflicto de dos personalidades como las de Georges W. Bush y Hugo Chávez, explica el analista.
Larry Birns ve más bien a Daniel Ortega «como una manzana madura lista para ser cortada». «Esto depende de Washington, que en interés propio, debe dar muestras de madurez». De lo contrario, «Nicaragua entrará en la órbita venezolana», dice.
Paul Trivelli, el embajador de Estados Unidos en Managua, estima que la victoria de Ortega va a suponer la instauración del «modelo Chávez» en Managua.
Larry Birns considera en cambio que el retorno a las relaciones de la Guerra Fría es inimaginable, ya que la Unión Soviética ha dejado de existir, Cuba ya no está comprometida militarmente en el continente y el 50% de la economía de Nicaragua, que con el voto de los sandinistas firmó el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, depende de este país.
En cuanto a Chávez, dice el analista, «será sin duda generoso, pero no buscará aventuras en Nicaragua».
La próxima manga entre estadounidenses y venezolanos se desarrollará en Ecuador, en la segunda vuelta de la elección presidencial que opondrá a finales de noviembre al magnate del banano ílvaro Noboa, favorito en los sondeos, con el candidato de izquierda Rafael Correa, abiertamente pro Chávez.
Desde principios de año, el boliviano Evo Morales se ha sumado al eje antiestadounidense de La Habana y Caracas, pero las ambiciones de Hugo Chávez se frustraron en Perú con la victoria de Alán García y en México donde fue elegido el candidato de derecha Felipe Calderón.
Las victorias de Lula en Brasil o de Michelle Bachelet en Chile llevan la etiqueta de la nueva izquierda latinoamericana, pero no se inscriben en el antiamericanismo virulento.
En cambio, la reelección de Alvaro Uribe en Colombia o el retorno al poder de Oscar Arias en Costa Rica encajan en las preferencias de Washington.
El presidente venezolano, Hugo Chávez, sostuvo que los resultados de las elecciones del domingo en Nicaragua, cuyo escrutinio lidera el ex mandatario sandinista Daniel Ortega, evidencian «que los pueblos se levantan de nuevo».
El conteo de los votos revela una tendencia «a estas alturas irreversible» a favor de Ortega. «De forma tal que estaríamos ante un triunfo casi asegurado del Frente Sandinista de Liberación Nacional», dijo el gobernante venezolano en declaraciones que recoge este martes el diario Ultimas Noticias.
«Los pueblos se levantan de nuevo», sentenció Chávez.
El presidente venezolano indicó que había hablado con Ortega a la medianoche del domingo y lo encontró «muy sereno, tranquilo».
Con el 68,80% de las mesas escrutadas, Ortega obtenía el 38,59% de los votos, una cómoda distancia con el candidato Eduardo Montealegre, de la Alianza Liberal Nicaragí¼ense (ALN, derecha), que lograba el 30,94%.
De consolidarse esos porcentajes, Ortega no tendrá necesidad de ir a una segunda ronda electoral.
El candidato Montealegre ha denunciado el supuesto intento de Chávez «de comprar voluntades» para conseguir el triunfo de Ortega en estos comicios.
Esas denuncias fueron rechazadas por Venezuela, que acusó a Estados Unidos de tratar de desacreditar su papel en la región.