Ortega, virtual presidente


Ganador. Según el conteo rápido, Daniel Ortega no tendrá necesidad de una segunda vuelta, y será el próximo presidente de Nicaragua.

El ex guerrillero sandinista Daniel Ortega fue electo presidente de Nicaragua, según el conteo rápido realizado por una organización independiente tras las elecciones de ayer, convertidas en escenario de la lucha de influencias que libran en la región Venezuela y Estados Unidos.


Según í‰tica y Transparencia, una organización independiente de gran prestigio nacional e internacional que ha utilizado una muestra de 1.200 juntas receptoras de voto, el candidato del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) es el vencedor de los comicios del domingo con el 38,4% de los votos.

Eduardo Montealegre, de la Alianza Liberal Nicaragí¼ense (ALN, derecha), llega en segundo lugar y obtiene un 29,52%, según la misma proyección.

Esta diferencia entre los dos aspirantes más votados, superior al 5% como marca la ley en caso de que el primero no obtenga el 40% de los sufragios, le basta a Ortega para convertirse en el próximo presidente de Nicaragua, dieciséis años después de perder el cargo en la urnas.

José Rizo, del Partido Liberal Constitucionalista (PLC, derecha) llega en tercera posición con 24,15%; seguido por Edmundo Jarquí­n, del Movimiento Renovador Sandinista (MRS, izquierda) -7,44%- y Edén Pastora de Alternativa por el Cambio, 0,4%, según í‰tica y Transparencia, que realizó este anuncio con la autorización previa del Consejo Supremo Electoral (CSE).

Los resultados del conteo rápido realizado por esta organización, que desplegó observadores en cada una de las 11.274 Juntas Receptoras de Voto instaladas en el paí­s, están basados en una muestra representativa de 1.200 juntas. Tienen un margen de error del 1,7%.

En las dos elecciones precedentes realizadas en Nicaragua, los resultados del conteo rápido divulgados por í‰tica y Transparencia registraron una diferencia inferior al 1% con respecto a los del CSE.

Los últimos datos divulgados por el presidente del CSE, Roberto Rivas, en la madrugada de hoy, basados en el 14,65% de las mesas escrutadas, Ortega sumaba 40,04% de sufragios, frente al 33,29% de Eduardo Montealegre, protegido de Washington.

Poco antes, la delegación de observación del presidente George W. Bush dejó planear la duda de la limpieza de la elección sin por tanto «hacer un juicio general sobre la imparcialidad y transparencia del proceso, al cual le faltan muchos pasos aún para terminar».

La Organización de Estados Americanos (OEA), en cambio, calificó las elecciones del domingo de pací­ficas, masivas y ordenadas, mientras que el Consejo de Expertos Electorales de Latinoamérica (CEELA) avaló el proceso electoral, señalando que fue transparente, limpio y con pocas incidencias.

El ex presidente peruano Alejandro Toledo, en calidad de observador, alertó en la madrugada de que era muy pronto para sacar conclusiones con los votos escrutados instando a esperar hasta que al menos se hayan recontado la mitad.

Los partidarios de Ortega, que suscita recelo de la administración estadounidense por su pasado revolucionario y sus relaciones con lí­deres como el venezolano Hugo Chávez o el cubano Fidel Castro, no dudaron en salir a la calle a celebrar su ventaja en estos comicios marcados por una alta participación y el ’revival’ de la Guerra Frí­a.

Ante la ventaja del ex guerrillero marxista en los sondeos, Estados Unidos no dudó en ejercer todo tipo de presiones, incluida la amenaza de bloquear las remesas que enví­an los emigrantes nicaragí¼enses a sus familiares, en caso de una victoria de Ortega.

Ortega tomó el poder por las armas tras la revolución de 1979, ganó elecciones en 1984 y las perdió frente a Violeta Chamorro en 1990. En este tercer intento de recuperar la presidencia, adoptó un edulcorado discurso, plagado de referencias a Dios, el amor al prójimo y su deseo de realizar una «revolución espiritual y solidaria».

Los nicaragí¼enses, que el domingo acudieron masivamente a las urnas, también renovaron los 90 escaños de la Asamblea Nacional.