Jóvenes aspirantes a actrices asesinadas, sobredosis de drogas, crímenes de psicópatas… para Scott Michaels, único guía turístico de su tipo en Hollywood, el nombre de la capital del cine estadounidense se escribe con letras de sangre.
La razón social de su empresa ya anuncia el tono: «Dearly departed» (Los amados desaparecidos). Con la cabeza afeitada, bigote y anchas espaldas, Michaels, que confiesa se planteó durante un tiempo ser enterrador, parece conocer todos los detalles de las infamias del barrio del séptimo arte, en el noroeste de Los íngeles.
Mientras conduce su minibús, el guía relata durante tres horas una serie de historias escalofriantes, como la muerte jamás resuelta de La Dalia Negra, una mujer cuyo cuerpo meticulosamente mutilado fue encontrado en 1947.
Un poco más lejos, se trata de un casa señorial que fue escenario en 1969 del brutal asesinato de los esposos LaBianca por los adeptos del gurú psicópata Charles Manson, el día después de masacrar a la actriz Sharon Tate y a unos amigos suyos.
En Beverly Hills, más al oeste, el «circuito de la historia trágica» de Michaels se detiene ante la casa del gánster «Bugsy» Siegel, abatido en su jardín en 1947, de nuevo un crimen sin culpable.
En el famoso Sunset Boulevard, el minibús pasa por el lugar donde en 1993 se derrumbó el joven actor River Phoenix, víctima de un impresionante cóctel de drogas y medicamentos. Phoenix «era vegetariano, porque la carne es mala para la salud», ironiza el guía.
Unos cientos de metros más al este, le toca a la callejuela donde Hugh Grant fue arrestado en compañía de una prostituta en 1995, y los hoteles en los que la cantante Janis Joplin y el actor John Belushi consumieron dosis de más, en 1970 y 1982 respectivamente.
El circuito no olvida los establecimientos médicos: el hospital en el que falleció Clark Gable en 1960, desde entonces adquirido por la secta de la cienciología para convertirlo en su cuartel general. «Â¡No crucen la mirada de nadie en este barrio!», se parte de risa el guía.
Durante el tour, también se aprende que los estudios Paramount fueron construidos sobre un cementerio («no es seguro que moviesen los cuerpos») y que la hija de Lana Turner, que en 1958 con tan solo 14 años mató al amante de su madre, el gánster Johnny Stompanato, es ahora agente inmobiliario.
Michaels también saca provecho de incidentes más recientes, como el quiosco «en el que Paris Hilton robó su propio DVD porno», o los baños públicos en los que George Michael fue arrestado en 1998 por «comportamiento obsceno», mientras en la radio del minibús suena el «I want your sex» del cantante británico…
«Esto forma parte de la historia de esta ciudad, tiene que ser contado, ser visto, le da una lado más real», destaca Larry Browder, un turista venido de Savannah (sudeste) y encantado con la experiencia.
Ex guía «clásico», Michaels, de 46 años, montó este circuito poco común hace tres años y medio, por «pasión hacia el viejo Hollywood».
Pero hoy los lugares frecuentados por los actores James Stewart, Humphrey Bogart o Dean Martin «se van en camiones», deplora refiriéndose a la fiebre inmobiliaria que se ha desatado en el barrio. Edificios de acero y cristal crecen sobre los escombros de restaurantes, clubs nocturnos y hoteles de los años 40.
A diferencia de otras zonas de la ciudad, Hollywood no se dotó de una poderosa asociación de salvaguarda del patrimonio. «Me enferma. Es una vergí¼enza. A la larga es la gente que tiene dinero la que gana», espeta Michaels, que decora su minibús con una corona de muertos.