La catarsis de escuchar, en la Mirilla del Jaguar de Margarita Carrera


Carrera, Margarita.

«En la Mirilla del Jaguar» de Margarita Carrera es una novela que trata sobre la vida y muerte del monseñor Juan José Gerardi, quien fuera asesinado hace diez años en Guatemala. La publicación de esta novela, en la primera edición, fue en el 2002, y la segunda en el 2005. Sin embargo, la casa editorial, el Fondo de Cultura Económica, ha dado un nuevo empuje a esta novela, con motivo del décimo aniversario de este crimen.

Mario Cordero
mcordero@lahora.com.gt

La novela trata, como es de suponerse, de este crimen. Muchos sabemos lo ocurrido el 26 de abril de 1998, pero pocos sabemos las motivaciones, la historia detrás del hecho. La labor de Carrera fue reconstruir el hecho, con base en documentos escritos por Gerardi y por los testimonios e investigaciones que han surgido tras el caso.

A través de 16 capí­tulos y un epí­logo, la autora logra explicar el entorno vivido por Gerardi durante la guerra en Guatemala, hasta llegar el dí­a de la muerte. El tí­tulo, «En la Mirilla del Jaguar», se refiere a que el sacerdote siempre estuvo como objetivo de muerte.

Como se señaló, la obra está obteniendo un nuevo empuje a diez años de la muerte de Gerardi, especialmente porque aún sigue sin establecerse todos los responsables del asesinato. Hasta ahora, en el sistema de justicia sólo se sabe lo que está escrito en este libro, aunque haya habido más investigaciones que han expandido el conocimiento.

El libro, además, busca establecer la verdad vista desde los ojos de Gerardi, que, sin duda alguna fue ví­ctima; pese a ello, su memoria ha querido ser manchada, incluso diez años después. Pero este libro precisa sobre sus motivaciones, sus luchas, sus miedos y su verdad.

Pero, ¿por qué revitalizar esta novela?

Pese a que hoy dí­a, a casi doce años de la firma de la paz, nuestra sociedad sigue igual; aunque hay más apertura y más libertad, se sigue sin conocerse la verdad durante la guerra. El esfuerzo para recuperar la memoria histórica casi sólo se ha reducido a «Guatemala: nunca más», investigación coordinada por Gerardi, lo cual revela que el asesinato ha tenido éxito, porque se ha logrado callar las voces que intentan decir qué es lo que en realidad ocurrió. Seguimos sin memoria histórica.

Esto se revela en el libro, en la voz ficcionalizada, pero probable, de Gerardi: «-Nada, nada, es que no puedo olvidar la situación de la gente y tanta persecusión. ¿Por qué en el Quiché? Quisiera estar aquí­ y allá, al mismo tiempo. Los periódicos nada dicen de las masacres, tampoco la radio y televisión. Todo el mundo calla, pero lo que se está dando es espantoso.» (p. 68)

Ese diálogo pareciera haberse dicho ayer, pero, dentro de esta biografí­a novelada, fue dicho en la década de los 80.

Y es que hoy dí­a sigue sin saberse la verdad; todo el mundo sigue callando y no se dice nada.

Es por ello que rescatar este libro es recordar la necesidad que tenemos de hablar. «Mirá vos, este asunto es mucho más serio; la gente necesita hablar, aquí­ si no hacemos una catarsis, a saber en qué va a parar todo, la gente o se vuelve loca o el trauma va a provocar más violencia.» (p. 139)

Ese diálogo fue dicho por el Gerardi ficcionalizado, en el momento en que proponí­a el proyecto de «Guatemala: nunca más». El problema es que las ví­ctimas aún no han terminado de hablar y de realizar esa catarsis, y mientras consideremos que sólo con dinero se logra el resarcimiento, no podremos alcanzar una paz verdadera.

Y es que en nuestra sociedad, aún no tenemos el don de escuchar, tal como se revela en la siguiente cita: «Uno de los aprendizajes más valiosos en la elaboración del REMHI fue saber escuchar. Algo que Gerardi les habí­a enseñado con el ejemplo.» (p. 141)

La vida de Gerardi, sobre todo el final, estuvo dedicado a denunciar la verdad. Pero, ¿cuál verdad? ¿Será que no conocemos la verdad? Nuestra aparente desmoralización se basa en que no tenemos raí­ces. No sabemos que ha ocurrido con nuestros pueblo, y los que saben, no hablan. Se siguen cometiendo injusticias en contra de nosotros, pero estamos obligados a callar, no por convicción sino por miedo.

«Si no escribimos nuestros testimonios, no vamos a tener historia, no vamos a tener raí­ces; entonces vamos a volver a lo mismo, nos va a pasar lo mismo otra vez» (p. 141), es la advertencia apocalí­pitica dicha en boca de Gerardi en este libro.

Recomendable leerlo o releerlo, ya que aún no hemos sanado nuestras heridas de guerra.