Falleció Mahmud Darwich


Mahmud Darwich era uno de los poetas más representativos del mundo árabe.

El poeta Mahmud Darwich, considerado uno de los principales escritores contemporáneos del mundo árabe, murió este sábado en un hospital de Texas (sur de Estados Unidos), anunció una portavoz médica.


«Darwich murió pasado el mediodí­a (hora de Guatemala)», indicó Ann Brimberry, portavoz del hospital Hermann-Texas Memorial en Houston, donde era atendido, sin dar más detalles.

Mahmud Darwich, de 67 años, estaba en estado crí­tico luego de una intervención quirúrgica, habí­a dicho más temprano otro funcionario del hospital.

Según allegados, el poeta habí­a sido sometido a una operación a corazón abierto el miércoles, en el mismo hospital, y se encontraba bajo asistencia respiratoria luego de sufrir complicaciones.

Tras conocer la muerte del poeta, el embajador palestino en Jordania, Atalá Jeiry, indicó que el presidente Mahmud Abas enviará un avión a Estados Unidos para trasladar el cuerpo de Darwich.

Abas «pidió a funcionarios palestinos que contacten a las autoridades israelí­es para insistirles (en que permitan) el entierro de Darwich en su Galilea natal», en el norte de Israel, añadió el diplomático.

Darwich ya habí­a sido operado dos veces del corazón, en 1984 y 1998. Luego de su segunda operación, escribió un poema titulado «Muerte, te he vencido».

Considerado como uno de los principales poetas árabes de su generación, Mahmud Darwich habí­a nacido en 1941 en Al-Birweh, Galilea (que hoy forma parte del estado de Israel), cuando Palestina todaví­a estaba bajo mandato británico.

En la guerra árabe-israelí­ de 1948, esta ciudad fue arrasada y sus habitantes obligados a exiliarse.

La familia Darwich huyó hacia el Lí­bano, donde permaneció durante un año, antes de vovler a ingresar clandestinamente a Israel, donde se instaló en la localidad de Deir Al-Assada con un estatuto precario.

Tras sus estudios en árabe y en hebreo en escuelas árabes de Israel, Darwich se instaló en Haifa, el gran puerto del norte del paí­s, donde hay una gran comunidad árabe.

Hacia comienzos de los años 70 eligió el exilio, y partió hacia Moscú a estudiar economí­a polí­tica y luego se instaló en El Cairo en 1971.

En 1993 renunció a la OLP para protestar contra los acuerdos de Oslo, estimando que no aportaron una «paz justa» a los palestinos.

Tras la instauración de la Autoridad Nacional Palestina, el poeta se instaló en la franja de Gaza en 1995 y más tarde en Ramalá, en Cisjordania.

Darwich criticaba la «mentalidad israelí­ de gueto y la polí­tica israelí­ que impide la creación de un estado palestino viable.

El mes pasado, en el festival de músicas del Mundo en Arles, confió su preferencia por los grandes temas universales como el amor, la vida y la muerte a las inclinaciones puramente polí­ticas de su juventud, y afirmó que le gustarí­a ser considerado «como un poeta, no como una causa».

SEMBLANZA


El palestino Mahmud Darwich, que falleció este sábado en Estados Unidos a los 67 años, era uno de los más importantes poetas contemporáneos de lengua árabe, con una obra de gran lirismo marcada por los dramas de la ocupación y el exilio vividos por el pueblo palestino.

Darwich habí­a adquirido una notoriedad internacional, con cerca de 30 obras traducidas en 40 idiomas.

Su célebre poema de 1964, «Identidad» («Sajjel: Ana arabi»), sobre el tema de un formulario israelí­ que habí­a que completar obligatoriamente, se convirtió en himno de referencia para todo el mundo árabe.

Mahmud Darwich nació el 13 de marzo de 1941 en Al Birweh, en Galilea, en ese entonces Palestina bajo mandato británico y hoy norte de Israel.

Durante la guerra árabe-israelí­ de 1948, esta ciudad fue destruida y sus habitantes fueron forzados al exilio.

La familia Darwich se escapó a Lí­bano, donde estuvo por un año antes de volver clandestinamente a Israel, donde se instaló, en la localidad de Deir Al Assada, con un situación precaria.

Luego de sus estudios (en árabe y hebreo) en escuelas árabes israelí­es, Darwich se instaló en Haifa, el gran puerto del norte de Israel, donde vive una importante comunidad árabe.

En 1960, a los 19 años, publicó su primer compendio de poesia: «Pájaros sin alas». Un año más tarde, se unió al Partido Comunista de Israel, una formación judeo-árabe.

Darwich -que sufrió arrestos residenciales durante largos perí­odos- soñaba todaví­a con revolución e internacionalismo y expresa en su poesí­a una identidad palestina negada en la época.

A principios de los años 70, eligió el exilio: partió a Moscú a estudiar economí­a polí­tica, y luego se fue a El Cairo en 1971.

En Beirut, en 1973, trabajó como redactor en jefe en el Centro de investigación palestino de la Organización de Liberación de Palestina (OLP), que en su momento estaba en guerra con Israel.

Luego de la guerra israelí­ en Lí­bano durante el verano de 1982, que forzó a la dirección de la OLP a buscar refugio en Túnez, Darwich retoma la ruta del exilio: El Cairo, Túnez y luego Parí­s.

En 1993, Darwich renuncia a la OLP para protestar contra los acuerdos de Oslo, tras estimar que no aportarí­an una «paz justa» para los palestinos.

El poeta va en 1995 a la Franja de Gaza, luego del advenimiento de la autoridad palestina, antes de instalarse en Ramalá, en Cisjordania.

En mayo de 1996 fue autorizado a pisar suelo israelí­ por primera vez desde su exilio, para asistir al funeral del escritor árabe israelí­ Emile Habibi.

En 2000, el ministro israelí­ de Educación propuso que dos poemas de Darwich fueran incluidos en los programas escolares israelí­es. Pero el primer ministro, Ehud Barak, rechazó esto cuando la derecha recordó que Darwich escribió en 1988 un poema donde hace un llamado a los israelí­es a morir donde quieran «pero no en casa».

En julio de 2007 volvió a Israel durante un recital en Haifa, frente a una multitud compuesta, en su mayorí­a, por diputados árabes del Knesset (Parlamento israelí­).

Más recientemente, en el Festival de las Músicas del Mundo de Arles (sur de Francia) en julio, dijo preferir temas universales como el amor, la vida y la muerte antes que los puramente polí­ticos de sus comienzos, y afirmó que quiere ser leí­do «como un poeta, no como una causa».

Laureado con el premio Lenin de la ex URSS, caballero de las Artes y Letras (en Francia), Darwich habí­a recibido en La Haya el prestigioso premio Prí­ncipe Claus, por su «obra impresionante».