El Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal estadounidense (Fed) dejaron sus tasas directrices sin cambios esta semana, optando por la inmovilidad frente a la disparada de la inflación y el debilitamiento del crecimiento, que requieren políticas monetarias opuestas.
El BCE mantuvo al 4,25% su principal tasa de interés a corto plazo en un raro encuentro en agosto, tras subirla en un cuarto de punto en julio, y su presidente, Jean Claude Trichet, señaló que es improbable que su política cambie en lo inmediato.
La Fed dejó sin cambios el martes su tasa rectora, en 2%, y también sugirió que mantendrá el statu quo durante cierto tiempo frente a las incertidumbres de una economía atacada a la vez por la caída del ritmo de crecimiento y la escalada inflacionista.
En Londres, el Banco de Inglaterra optó también el jueves por el statu quo, al mantener en 5% su principal tipo de interés por cuarto mes consecutivo.
Trichet advirtió que las presiones inflacionistas de los 15 países de la Eurozona están subiendo y son inquietantes, pero dijo sin embargo que el banco no tiene ninguna orientación sobre su futura política de tasas de interés.
«No tenemos ninguna orientación», indicó Trichet en una conferencia de prensa.
Horas antes, el analista Gilles Moec, del Bank of America, había indicado que si Trichet repetía que el BCE no tenía orientación «significaría claramente que está en una actitud de esperar a ver qué sucede».
«El BCE se quedaría donde está por un buen tiempo», añadió Moec.
Trichet destacó que el banco se ajustaría a su mandato y mantendría como objetivo la estabilidad de los precios, aunque luego admitió que algunos riesgos del crecimiento de la zona euro son ahora aparentes.
«Enfatizamos que mantener la estabilidad de los precios a mediano plazo es nuestro objetivo primario», dijo.
El consejo de gobernadores del BCE, que normalmente no se reúne en agosto, sopesó la inflación récord de 4,1% interanual con señales claras de que la economía de las 15 naciones de la Eurozona se está debilitando rápidamente y hasta podría estar cayendo en una recesión.
El BCE tiene una meta de inflación a mediano plazo ligeramente inferior a 2%.
La Fed subrayó por su lado que el riesgo de desaceleración del crecimiento se mantiene pero que al mismo tiempo la amenaza de inflación constituye una inquietud «significativa».
«Aunque permanecen riesgos de debilitamiento del crecimiento, los riesgos de un alza de la inflación constituyen también una inquietud significativa», estimó el Comité de Política Monetaria de la Fed en su comunicado.
La Fed ya no hizo alusión a una disminución de los riesgos para el crecimiento, que en el anterior comunicado fue interpretado como un anuncio de futuras alzas de las tasas.
El comunicado de la Fed esta vez fue más neutro sobre el equilibrio de los riesgos que pesan sobre la economía, en línea con el discurso del presidente de la Fed, Ben Bernanke, a mediados de julio, que fue interpretado por los analistas como un anuncio de un statu quo duradero.
«La Fed mantendrá sus tasas sin cambios durante un buen periodo de tiempo», estimó John Feinman, de Deutsche Bank.
Esta fue la segunda vez consecutiva que la Fed optó por el statu quo, tras haber bajado drásticamente su tasa en 3,25 puntos desde septiembre.
«El comunicado deja pensar que la Fed no está apresurada por aumentar sus tasas, ya que se muestra menos optimista que antes sobre las perspectivas de crecimiento», destacó Amine Tazi, del francés Natixis, que prevé un statu quo hasta fin de año.