El primer ministro dimisionario israelí Ehud Olmert será interrogado hoy por la policía, por quinta vez, por su presunta implicación en una serie de casos de corrupción.
Este interrogatorio, como los anteriores, ha tenido lugar en la residencia oficial del jefe del gobierno en el oeste de Jerusalén. Duró tres horas, según fuentes policiales.
Según una de ellas, Olmert fue interrogado sobre «el conjunto de los expedientes» que se están investigando.
La policía sospecha que Olmert recibió importantes sumas de dinero en efectivo del hombre de negocios judío americano Morris Talansky, cuando era alcalde de Jerusalén entre 1993 y 2003 y después ministro de Industria y Comercio entre 2003 y enero de 2006.
También es sospechoso de fraude en un caso de doble facturación de billetes de avión así como la compra de una casa en el oeste de Jerusalén que al parecer consiguió a un precio inferior al de mercado.
Este último interrogatorio llegó tras la interpelación y el arresto domiciliario de 24 horas, ayer, de un ex consejero de Olmert en el ministerio de Comercio.
El asesor, Eldad Rothman, es sospechoso de haber participado en un caso de tráfico de influencias. Su testimonio podría incriminar a Olmert, de quien se cree que nombró a allegados en la dirección de una institución relevante del ministerio.
La policía podría pedir la inculpación de Olmert en estos casos, a juzgar por la gravedad de los indicios obtenidos.
El primer ministro anunció el 30 de julio que renunciaría a sus funciones en septiembre después de las elecciones a nuevo líder de su partido centrista, el Kadima.
Los dos principales candidatos son la ministra de Relaciones Exteriores Tzipi Livni y el ministro de Transportes, el ex ministro de Defensa, Shaul Mofaz.
La jefa de la diplomacia israelí recibió ayer un apoyo de peso de un ministro cercano a Ehud Olmert, en su carrera hacia el liderazgo del Kadima y eventualmente a la presidencia del Consejo.
«Yo apoyaré a la vice primera ministra y ministra de Relaciones Exteriores en su candidatura en la cabeza del Kadima y del próximo gobierno», declaró el ministro de Finanzas Roni Bar-On, miembro importante del Kadima.
Mofaz, que había dudado durante mucho tiempo en dejar el Likud (derecha) y unirse al Kadima en el momento de su formación a finales de 2005, aparece como un «halcón» de la derecha aunque él se presente como «centrista». Tiene el apoyo de una gran parte de la formación, que declara tener más de 70 mil miembros.
Según la legislación israelí, es el presidente Shimon Peres quien tiene que pedir al próximo jefe del Kadima que constituya un gobierno. Este último dispondrá de 42 días para reunir una mayoría parlamentaria.
En caso de fracasar, el presidente puede designar a otro diputado para llevar a cabo esta misión, o proponer al Parlamento votar una ley de disolución de la Cámara.
De agotarse, la legislatura actual se acaba en 2010.