El general Mohamed Uld Abdel Aziz, jefe de la junta que derrocó al presidente mauritano, se presentó ayer como garante de la democracia, mientras la policía dispersaba una protesta contra el golpe de Estado y Washington anunciaba la suspensión de ayuda no humanitaria al país.
En el ámbito internacional, se acentuaba la presión sobre la junta para que libere al presidente Sidi Uld Cheij Abdallahi y a su primer ministro, Yahya Uld Ahmed Waghf.
Anoche, Estados Unidos anunciaba la suspensión de su ayuda bilateral no humanitaria.
«En este momento toda la ayuda estadounidense no humanitaria está suspendida y en curso de examen», declaró un portavoz del Departamento de Estado, Gonzalo Gallegos.
El golpe de Estado se produjo el miércoles, cuando aún no había transcurrido año y medio desde las elección presidencial de comienzos de 2007, considerada un «modelo democrático» para Africa y el mundo árabe.
Anoche, el Consejo de 11 militares dirigido por el general Uld Abdel Aziz anunció haber «puesto fin al poder del presidente» elegido en marzo del 2007 y prometía elecciones presidenciales «libres y transparentes» en «un periodo que será lo más corto posible».
Una marcha organizada en apoyo a los golpistas reunió ayer en Nuakchott a cientos de vehículos y un millar de personas que desfilaron a gritos de «Â¡Aziz! ¡Aziz!».
El nuevo hombre fuerte de Nuakchott hizo su primera aparición pública al final de esta marcha, durante la cual se exhibieron retratos gigantes del general.
«Me comprometo a resolver todos los problemas que afronta el país, a hacer reinar la justicia y la legalidad», declaró el militar de 52 años, tocado con una boina verde.
Y añadió: «Las fuerzas armadas seguirán del lado del pueblo para el arraigo de la democracia, son ellas las que la trajeron, ellas se comprometen a velar por ella».
Pero, casi al mismo tiempo, la policía dispersó «con granadas lacrimógenas» una congregación en favor del jefe de Estado depuesto, según el secretario general del partido presidencial, Mohamed Mahmud Uld Dahman.
«Nuestros militantes eran cientos pero no pudieron reagruparse», afirmó. «Autorizan una manifestación a su favor y reprimen otra», protestó.
La manifestación antigolpista fue convocada por cuatro partidos constituidos en Frente Nacional para la Defensa de la Democracia.
En su primer comunicado, este Frente afirmó que Sidi Uld Cheij Abdallahi era el «solo y único presidente legítimo» e instó a los militares «a volver a sus cuarteles».
Primer presidente elegido democráticamente desde la independencia del país en 1960, el jefe del Estado fue detenido el miércoles tras haber anunciado la destitución del general Uld Abdel Aziz y de otros oficiales.
La Unión Africana «exigió» la liberación del presidente y el «restablecimiento sin demora de las instituciones que el pueblo mauritano eligió democráticamente».
En Bruselas, la Comisión Europea pidió la liberación del presidente y del primer ministro antes de la organización de nuevas elecciones.
Egipto afirmó estar «consternado» por el golpe de Estado y la Liga írabe transmitió su «extrema» inquietud. Una delegación de la Liga írabe viajará hoy a Mauritania para intentar un «acercamiento diplomático directo con las diferentes partes».
Francia, antigua potencia colonial, amenazó a la junta con «consecuencias en las relaciones» de ese país con la Unión Europea si no «volvía a la legalidad constitucional».