Los presidentes de Argentina, Cristina Kirchner; de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; y de Venezuela, Hugo Chávez, al frente de tres poderosas economías sudamericanas, dieron ayer un renovado impulso a la integración regional y el Mercosur, en una minicumbre en Buenos Aires.
Lula y Kirchner mantuvieron una reunión previa en la que analizaron los lazos comerciales de los dos principales socios del Mercosur, tras el desacuerdo entre ambos países en las recientes negociaciones en la Organización Mundial de Comercio (OMC), adonde presentaron posiciones divergentes.
Uno de los pivotes de la visita de Lula, quien estuvo unas 24 horas en Buenos Aires, fue el «Seminario Argentina-Brasil: Una alianza Productiva clave», que se convirtió en el mayor encuentro empresarial de la historia local, con 360 hombres de negocios de Brasil.
En su discurso ante los empresarios, Kirchner celebró la «comunión inédita» entre ambos países y llamó a «profundizar el modelo y la alianza para poder captar e ir a otros mercados», pero defendió la necesidad de afianzar el desarrollo industrial en su país.
Lula aseguró que «las soberanías de los países son intocables, pero nosotros podremos construir muchas cosas juntos, podremos hacer la diferencia en las negociaciones internacionales».
«Juntos seremos más soberanos. Vamos a juntar fuerzas para garantizar nuestra integración soberana en la economía mundial», insistió.
Tras el Seminario, Kirchner y Lula mantuvieron una reunión de dos horas en la Casa de Gobierno y luego se trasladaron a la Cancillería argentina, adonde se sumó Chávez luego de su arribo en las primeras horas de la tarde.
En la reunión trilateral, que se prolongó por alrededor de una hora, el mandatario bolivariano propuso relanzar el proyecto del Gasoducto del Sur y crear una línea ferroviaria que atraviese Sudamérica, pero no dió otros detalles.
«Propuse volver a colocar la idea del Gasoducto del Sur, creo que es momento de retomarlo», señaló Chávez en una improvisada rueda de prensa tras el encuentro.
El proyecto del Gasoducto fue una idea original del líder venezolano que preveía aprovechar la riqueza gasífera de América del Sur mediante un ducto capaz de distribuir en la región hasta 150 millones de metros cúbicos diarios, pero que permanece estancado.
Chávez calificó el encuentro como «muy importante» y reveló que los tres presidentes acordaron avanzar en proyectos concretos en materia energética y gasífera para la región, cuyo contenido se plasmará en el encuentro que planean sostener el 6 de setiembre en la ciudad brasileña de Pernambuco.
«Hemos coincidido en la necesidad de crear empresas estatales (con capitales de los tres países) en sectores como el petroquímico y el energético», destacó.
Chávez había insistido a su arribo a Buenos Aires en la necesidad de «retomar el proceso de conformación de una alianza de tres o la conformación de lo que nosotros desde hace varios años llamamos el eje central de Sudamérica: Caracas-Brasilia-Buenos Aires».
Tras la partida de Lula, Kirchner y Chávez participaron de un nutrido acto en la localidad bonaerense de Almirante Brown para lanzar el programa de construcción de viviendas «Sueños Compartidos», perteneciente a la organización humanitaria Madres de Plaza de Mayo.
Los presidentes ingresaron en una vivienda modelo y fueron acompañados por la líder de la organización, Hebe de Bonafini, y por obreras y obreros que, con los cascos de seguridad en sus cabezas, pugnaban por sacarse fotografías con los visitantes.
Chávez fue largamente aplaudido en el acto y ofreció un encendido discurso en el que elogió a su colega argentina.
Parafraseando a la película «La tormenta perfecta», Chávez advirtió que «el mundo actual vive una crisis perfecta: económica, financiera, alimentaria, ecológica, alimentaria, moral y de ideas».
«Se acaba un tiempo y otro puja por nacer», sentenció.
Cristina, en tanto, aseguró que había vivido «un día especial» por la visita de los «queridos compañeros y amigos presidentes de Brasil y Venezuela» e insistió en que el desafío es «luchar contra la pobreza, la inequidad y la desigualdad».