Postura ética en «Poesí­a sideral» de Cristina Camacho Fahsen


«Poesí­a sideral» es una antologí­a poética de Cristina Camacho Fahsen, que fue publicada en 1996 por la Editorial Artemis Edinter, en su colección «Ayer y hoy».

Mario Cordero
mcordero@lahora.com.gt

Posee una selección de cuatro poemarios de Camacho Fahsen: «Siderales» (1963), «Espacio» (1979), «Cosmoalma» (1985) y «Dimensión futura» (1990), así­ como poemas que, hasta entonces, eran inéditos.

Clave cósmica

Esta poesí­a posee una clave especial, quizá única, en las letras guatemaltecas, y es que utiliza metáforas propias del mundo astronómico, al cual la autora es aficionada.

Lugares comunes en la poesí­a son las flores, los sentimientos, los besos, el cabello de la mujer, las manos de los hombres, Helena de Troya y Romeo y Julieta. Es por ello, como se señala en la contraportada de este libro, que la poesí­a de Camacho Fahsen es original.

Iniciando con puntos claves de la poesí­a personal, la autora ofrece su visión de sí­ misma a través de imágenes astronómicas: «Soy una galaxia nueva / (…) / y mi alma es éter que vibra / (…) en un alejarse del eje principal, / queriendo ir a las orillas del Universo» (página 21)

Esta definición recuerda la idea de que el ser humano posee la complejidad psicológica suficiente para asegurar que puede ser considerado una verdadera galaxia de sentimientos.

En otra imagen, no tan grandiosa como una galaxia, la poeta nos refiere otra idea: «Soy el átomo que gira solitario / en el centro del cosmos» (p. 45)

Una galaxia que se aleja del centro, y un átomo que se considera el centro, son dos imágenes, tan opuestas, pero que merecen ser consideradas como buenas definiciones poéticas del ser humano.

Dolor y amor

Por supuesto, no todo en la poesí­a de Camacho Fahsen es autodefinición de sí­ mismo, sino que también hay dolor, tal como se expresa en el poema «In memoriam», escrito por la muerte de su madre: «Nunca creí­ / que el Sol estallara / (…) / ¡Pero has muerto, Madre, / y el Universo tiembla con mi pena!» (p. 24)

También en esas imágenes, que pueden parecer frí­as, hay espacio para la calidez y la sensualidad: «Dame una solitaria estrella / y multiplicaré firmamentos, / multiplicaré tu vida / junto a mi cuerpo» (p. 30); en estos versos, la multiplicación hace referencia a la reproducción humana. Asimismo, sucede en: «Nadie como tú / para descubrir lo que se oculta, / lo que se altera / con tu suave parecer de bruma / y te adentras en mí­ / rompiendo la fuerza dinámica / de nuestros signos planetarios, / te adueñas de mi doble mundo / con fuerza total, apasionada, / con tu suave identidad de arena…» (p. 49).

Sin embargo, estas imágenes de dolor y sensualidad no son las que predominan, sino que es la evasión y el escape de la realidad son los temas centrales de estos poemas, como es el caso de «Sin regreso»: «Quiero que me lleves / donde no se hayan medido litorales / donde los pulsares callen / su rutinario parpadeo, donde no existan / elipses ni edades, ni desiertos / y quede secreta nuestra simbiosis espacial.» (p. 29)

O en «Teletransportación y amor»: «Teletransportación / para largas distancias / y plena necesidad de amar. // Un toque del discado, un número y el abrazo // para pasar al clí­max / llegará.» (p. 69), que refiere una evasión para salir de la soledad.

Mí­stica

Habrá que tenerse en cuenta la relación espacial del proceso poético. La autora, aficionada a la astronomí­a, como ya se señaló, es posible que haya buscado inspiración hurgando en las estrellas con su telescopio, en su soledad aquí­ en la Tierra, buscando compañí­a en los astros.

He allí­ la clave de esta antologí­a poética, pues estas reflexiones que surgen en la contemplación de los astros, tienden ya a una experiencia mí­stica, que siente la compañí­a de los astros. «Y tú seguirás presente en mi soledad.» (p. 13), o se reconoce trascendental: «mi alma seguirá bogando / alrededor de un infinito sin nombre» (p. 14), y se reconoce en armoní­a con el Universo, incluso en su muerte: «Moriré bajo techo / de estrellas fugaces, / de rayos cósmicos, de tempestad.» (p. 17)

Un misticismo que tiende al panteí­smo personal: «Sacudiré mi mente / sobre cada átomo, / y así­, yo disgregada, / seré parte de un todo.» (p. 11)

Ecopoesí­a

Pero, ¿por qué escribir en clave cósmica? La observación, y más aún, el respeto por la armoní­a del Universo, es tener respeto por el mundo y la naturaleza misma. En su poema «Escribo para ellos», reside la clave de la anterior pregunta: «Escribo poemas / para generaciones futuras, / para vidas de otras épocas / y mutantes biónicos eternos / que se reirán de nosotros / porque creí­amos en la muerte. // Escribo para ellos, / los del siglo veintiuno, / los testigos de dí­as violentos, / seres con corazón de silicio / y lágrimas primitivas / al mismo tiempo.» (p. 59)

En otras palabras, estos poemas de respeto por el cosmos es un mensaje ante el deterioro de nuestro entorno. De ahí­, es que se ha señalado, según la contraportada del libro, que Camacho Fahsen es exponente de la llamada ecopoesí­a, es decir, poesí­a de la Tierra, actitud poética que va en favor de la conservación de nuestro planeta.

En su poema «Tierra 2059», año que refiere como clave para nuestro planeta, según el poemario, se advierte que la actitud destructiva del ser humano se debe a una razón: «Â¡No quisieron los hombres / mirar hacia el firmamento!» (p. 52)

O la advertencia en «Clonación», que dice: «Â¡Qué curiosa misión urgente / tiene el hombre de crear / y destruir al mismo tiempo!» (p. 60)

* Don Quijote de la Mancha, primera parte, capí­tulo 6.

FICHA


Camacho Fahsen, Cristina. «Poesí­a sideral. Antologí­a». Guatemala: Artemis Edinter (Colección Ayer y Hoy), 1996. 93 páginas. ISBN: 84-89452-70-9. Precio aproximado: Q 13.45.