Yo siempre creí que un presidente entre sus atributos debía ser inteligente, visionario, honrado y justo, pues lo que uno espera en su candidez, es que el afán de llegar a ese cargo lo tienen, porque creen que pueden enderezar el rumbo del país y procurar una mejor vida para los guatemaltecos, no regalando, sino creando los 700 mil empleos que algunos prometen, para el sustento de sus familias.
Conforme me he ido enterando de la situación, he visto que las características ideales que deben de tener los presidentes, no son lo que yo idealizaba, sino que se debe de ir al otro extremo de la tabla y darse cuenta que los que llegan a la Presidencia, deben de ser ciegos y sordos, pero creo que también debieran tener la característica de ser mudos, pues se sueltan unas, que pudiera decirse que rayan en lo ridículo.
Deben ser ciegos por que así no pueden ver que la situación está muy, pero muy difícil, pero como los que los rodean no se lo dicen, ellos creen que lo que están haciendo, es lo correcto, pero en lugar de tomar el camino recto y correcto, toman el que tiene mil desvíos con la esperanza de perderse en el camino dejando todo a la mano de Dios, como dijera el último presidente en una su gira, que en lo que estaban haciendo, los estaba guiando la mano de Dios.
Deben de ser sordos, así no oyen lo que les recomiendan, pues él es el único que tiene la verdad absoluta, por lo que las recomendaciones pueden confundir los claros pensamientos que tiene sobre la situación del país.
Pero también debieran de ser mudos, pues con las que se sueltan cada poco, los convierten en el hazmerreír de las personas.