El presidente egipcio Hosni Mubarak fue recibido por su homólogo Ruso Vladimir Putin como un «viejo amigo» el jueves en el Kremlin, para conversaciones sobre el posible papel de Rusia en la reactivación del programa nuclear civil egipcio y la venta de armas a Egipto.
«Estamos sinceramente felices de ver venir a Rusia a nuestros viejos amigos», afirmó Putin, al recibir al presidente egipcio en el Kremlin. «Egipto es para nosotros un interlocutor tradicional y muy cercano», agregó.
«Estoy feliz de reunirme con el presidente Putin, mi amigo. Siento un vínculo muy fuerte entre nosotros», aseguró por su parte Mubarak.
«Siempre hemos deseado desarrollar las relaciones con Rusia», aseguró.
El presidente egipcio prevé reunirse con los directores de seis grandes compañías rusas: el gigante del gas Gazprom, el petrolero Lukoil, el monopolio eléctrico SEU, el constructor de automóviles AvtoVAZ, la agencia pública de venta de armas Rosoboronexport y el fabricante de aviones MIG, informó el diario Vremia Novosti.
El secretario del Consejo de seguridad, Igor Ivanov, dijo esta señana «esperar» que las compañías rusas obtengan la propuesta pública para construcción de una primera central nuclear egipcia, proyecto suspendido desde la catástrofe de Chernobil en la Unión Soviética en 1986.
Por otra parte, Rusia tratará de convencer a la delegación egipcia que «compre cazas MIG-29», en tanto Gazprom se interesa en los yacimientos de gas egipcio «cuyas reservas se estiman en 1.760 millardos de metros cúbicos de gas», según el diario Kommersant.
En una entrevista a Vremia Novosti, Mubarak, que siguió estudios militares en Moscú en los años 1960, hizo esta semana elogio de los sistemas de defensa antiaéreos rusos y de los cazas rusos.
Esta visita podría provocar la irritación de Washington que no ve con mucha simpatía la venta de armas rusas a nuevos clientes.
«Una nueva etapa comienza en las relaciones entre Rusia y el mundo árabe», comentaba el jueves Vremia Novostei. Para Rusia post-soviética, no son más «las cuestiones ideológicas» que dominan, sino «el comercio y la economía», destacó el diario.
En 2005, los intercambios comerciales entre Rusia y Egipto alcanzaron los 1.600 millones de dólares, según cifras oficiales rusas. Sobre los ocho primeros meses de 2006, los intercambios aumentaron en un 52% con respecto al mismo periodo del año anterior y alcanzaron 953,3 millones de dólares.
En diciembre pasado, Egipto lanzó la producción de automóviles rusos Lada y prepara la apertura de una nueva planta que producirá minibuses rusos Gazel y Sobol.
La política internacional, y en particular en el Medio Oriente, está también en el programa de la visita. Moscú considera a Egipto como un «un interlocutor clave» en la región.
Las relaciones ruso-egipcias se apoyan en parte en la imagen de hombres fuertes que mantienen los dos presidentes que ya se habían reunido en 2004 y 2005 en El Cairo.
El presidente egipcio estimó en una entrevista concedida al diario gubernamental ruso Rossiskaya Gazeta que cada país debía construir su propio «modelo de democracia», apoyando así a Putin, partidario de la «democracia soberana».