A casi una semana de los Juegos Olímpicos de Pekín, los organizadores habían conseguido que no se hubiera filtrado nada de la ceremonia de inauguración, dirigida por el cineasta Zhang Yimou, pero una televisión extranjera desveló parte del secreto.
Desde hace tres años, los preparativos de este espectáculo de una cincuentena de minutos, que se integra en la ceremonia de inauguración de tres horas prevista el viernes 8 de agosto por la tarde, se habían mantenido en el más estricto secreto.
Zhang Yimou había negado exponerse a una pena de prisión por revelación de secreto de Estado si decía demasiado, como habían afirmado ciertos medios. El cineasta había explicado recientemente temer una sola cosa: que la lluvia pudiera aguar la fiesta.
Los más de 10 mil participantes habían prometido no revelar nada de los detalles de la ceremonia, que se desarrollará en presencia de numerosos dirigentes del planeta, entre ellos el presidente estadounidense George W. Bush y su homólogo francés Nicolas Sarkozy.
Solamente algunos asistentes de Zhang habían dado pistas generales, indicando que la historia milenaria de China sería evocada y que los fuegos artificiales, la ópera china y un homenaje a las víctimas del seísmo de mayo en Sichuan estaban previstos.
Fue la televisión surcoreana SBS quien consiguió la exclusiva, difundiendo el martes imágenes filmadas la víspera en un ensayo.
Estas imágenes muestran fragmentos de un espectáculo futurista. En ellas se ven inmensos bloques blancos en movimiento, imitando una ola, y proyecciones de luz con forma de animales en los bordes del Estadio Nacional, apodado el «Nido de pájaro».
En el centro del estadio, se desplega un inmenso rollo de caligrafía, sobre el que actúan los bailarines. Hay también un inmenso globo, así como cientos de figuras ondeando banderas rojas, y otras tocando tambores.
Las imágenes fueron colgadas después en internet.
Después de haberlas difundido, la web Youtube dio marcha atrás. «Este vídeo ya no está disponible a causa de una reclamación de un tercero sobre el tema de los derechos de autor», aparecía escrito hoy en la web.
«Estamos decepcionados pero evidentemente, estos extractos por sí solos no pueden dar una imagen global de la ceremonia», comentó el portavoz del comité organizador (BOCOG) Sun Weide.
«Confiamos que todo el mundo esperará al 8 de agosto para apreciar con nosotros el maravilloso espectáculo de la ceremonia de inauguración», añadió.
Por su parte, Wang Hui, una de las responsables de comunicación del BOCOG, confirmó que se trataban de «imágenes robadas».
«En el momento del ensayo, no habíamos invitado a ningún medio», dijo, citada por la prensa china, indicando no «descartar la posibilidad de tomar medidas particulares contra la SBS».
«Es decepcionante que alguien pueda ir (al estadio) para robar literalmente uno de los momentos más esperados de los Juegos», comentó por su parte Kevan Gosper, un miembro australiano del COI.
Los responsables de la SBS en Seúl indicaron no haber recibido una queja de Pekín, explicando cooperar actualmente con las autoridades chinas.
China se mostró hoy inflexible sobre su decisión de controlar Internet durante los Juegos Olímpicos, pese a la polémica levantada por ese anuncio.
Varios portavoces gubernamentales reiteraron hoy el mensaje, mientras que el Comité Olímpico Internacional (COI) se vio obligado a reconocer, molesto, que las autoridades chinas jamás prometieron realmente una libertad total en la red para la prensa acreditada.
«Estamos determinados a aplicar las reglas», afirmó Liu Jianchao, portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores en su reunión semanal habitual con la prensa.
Poco antes, el portavoz del comité organizador de los Juegos, Sun Weide, señaló que no se dará marcha atrás sobre el control de Internet.
«Sólo unos pocos sitios serán censurados, principalmente porque infringen el derecho chino», explicó al señalar su esperanza de que «los medios extranjeros puedan respetar las leyes y reglamentos de China».
«Como otros países, China gestiona Internet en función de sus leyes», insistió.
«No autorizamos el acceso a sitios que difunden informaciones ilegales o que dañan nuestros intereses nacionales», agregó.
En el centro de prensa principal de los Juegos Olímpicos, que acogerá a unos 5.600 periodistas, se pudo constatar el bloqueo de las páginas críticas con el régimen comunista de Pekín, tanto pro tibetanas como de algunas organizaciones como Amnistía Internacional o Reporteros Sin Fronteras.
La Federación Internacional de Periodistas denunció esta censura y pidió que sea levantada.
El acuerdo del COI a las restricciones impuestas a los periodistas es una nueva señal «del serio deterioro» de la promesa de apertura que China hizo cuando fue elegida como país anfitrión para los Juegos, subrayó por su parte la Asociación de la Prensa Australiana.
El COI se vio obligado a reconocer ayer que las autoridades chinas siempre mantuvieron que ciertos sitios les planteaban problemas.
Pero la organización siempre esperó que China sólo bloquearía el acceso a sitios pornográficos o amenazadores para su seguridad nacional, explicó la portavoz del COI, Giselle Davies.
Respecto a este tema, el responsable de prensa del COI, Kevan Gosper, habló hoy en Pekín de un acuerdo entre los chinos y los miembros de la organización olímpica del que él estuvo al oscuro.
«Parece que hubo un acuerdo del que yo no fui informado», dijo.
El presidente del COI, Jacques Rogge -que llegó hoy a Pekín, con poco más de una semana de antelación sobre la inauguración de los Juegos (del 8 al 24 de agosto)- se había congratulado hace dos semanas por la libertad dada por el régimen de Pekín a la prensa extranjera.
«Por primera vez los medios extranjeros podrán hacer reportajes libremente, transmitirlos libremente en China. No habrá censura en Internet», aseguró Rogge.
«Era lo que todos pensábamos pero, aparentemente, se halló un acuerdo en otra parte», comentó Gosper, sin dar más detalles.
Pese a la censura política, Internet se ha desarrollado considerablemente en China, donde actualmente hay ya 253 millones de usuarios, es decir, más que en Estados Unidos.
China expresó anoche su gran descontento por el encuentro del presidente norteamericano, George W. Bush, con varios disidentes chinos y lamentó este «mal mensaje» enviado a los opositores chinos.
«Al organizar un encuentro así (…) y hacer observaciones irresponsables sobre los derechos humanos en China y la situación religiosa, Estados Unidos intervino bruscamente en los asuntos internos chinos y mandó un mensaje muy malo a las fuerzas hostiles a China», declaró el portavoz del Ministerio chino de Relaciones Exteriores, Liu Jianchao, en un comunicado.
«Expresamos nuestro gran descontento y nuestra firme oposición», recalcó.
Bush recibió este martes a disidentes chinos en la Casa Blanca y, diez días antes de desplazarse a Pekín para la inauguración de los Juegos Olímpicos, les aseguró que llevará un «mensaje de libertad».
Aun a riesgo de ofender al Gobierno chino, Bush recibió a Harry Wu, Wei Jingsheng, Rebiya Kadeer, Sasha Gong y Bob Fu, encarcelados varios de ellos durante años, «con el fin de hablar con ellos de sus inquietudes a propósito de los derechos humanos en China», indicó la Casa Blanca.
El portavoz chino denunció asimismo hoy la adopción la víspera por la Cámara de Representantes norteamericana de una resolución que reclama a Pekín que deje de violar los derechos humanos y de apoyar a los gobiernos de Sudán y Birmania, de acuerdo con «las tradiciones olímpicas de libertad y esperanza».
Según el portavoz chino, «estas personas realizan desde hace tiempo actividades separatistas antichinas y actividades de sabotaje hostil so pretexto de supuestos derechos humanos y religión, y han causado daño a la seguridad nacional de China y a su estabilidad social».
Liu denunció asimismo la adopción ayer por la Cámara de Representantes norteamericana de una resolución que pide a Pekín que deje de violar los derechos humanos y de apoyar a los gobiernos de Sudán y Birmania de acuerdo con «las tradiciones de libertad y esperanza».
Estados Unidos debe restringir estos «comportamientos odiosos» de un puñado de parlamentarios norteamericanos antichinos, declaró Liu Jianchao, que denunció su voluntad de politizar la organización de los Juegos Olímpicos.
Esta resolución «muestra la intención maligna de politizar los Juegos Olímpicos, de perturbar y sabotear los Juegos de Pekín», añadió.
En la votación de esa resolución, Nancy Pelosi, la presidenta demócrata de la Cámara, acusó al Gobierno chino de haber violado «abiertamente y de forma reiterada» todos los compromisos que había asumido sobre la libertad de la prensa, los derechos humanos y el medio ambiente para conseguir la organización de los JO.
La Casa Blanca también anunció ayer que Bush aprovechará su estancia en Pekín para hacer una declaración sobre la libertad religiosa en China.