Los brasileños están invadiendo y gastando como nunca en los principales destinos turísticos internacionales gracias al real, la moneda que más se ha valorizado frente al dólar.
En el primer semestre de este año, los gastos con viajes internacionales de los brasileños sumaron históricos 5.534 millones de dólares, casi 60% más que el mismo período de 2007, reveló esta semana el Banco Central.
En total, 1,8 millones de brasileños viajarán a Europa este año, 750 mil a Estados Unidos y otros muchos a otros países de Sudamérica, totalizando 5,5 millones de brasileños que pasarán por un destino turístico internacional, estima la Asociación Brasileña de Agencias de Viajes (Abav).
El principal factor ha sido la valorización de la moneda brasileña, que desde inicio de 2003 hasta la fecha se apreció 124% sobre el dólar, más del doble que el euro o que cualquier otra moneda de la región, revela un informe de la consultora Economática divulgado esta semana.
El peso colombiano, la segunda moneda en América Latina que se valorizó mucho en ese tiempo, lo hizo 61,6%, y el euro 50%.
«Para viajar a Europa o Estados Unidos, hace tres años y medio yo vendía un billete aéreo de 1 mil dólares por 3.300 reales; hoy ese mismo billete de 1 mil dólares bajó a 1 mil 600 reales; es decir, el precio cayó a más de la mitad y eso incentiva muchísimo los viajes», explica el director de asuntos internacionales de la ABAV, Leonel Rossi.
Esa es la lógica que se aplica Leonardo Reis, un funcionario público de 42 años, que en los últimos tres pasó un mes de vacaciones en Europa, hizo dos viajes de esquí al balneario argentino de Bariloche y quiere ir en agosto a Chile.
«Antes pasaba las vacaciones en Brasil, pero ahora estoy viajando porque, con la apreciación del real, no hay tanta diferencia entre salir del país o quedarme acá», explicó Reis.
El dólar barato ha ido a la par con un período de crecimiento económico y de mejora de la renta, una combinación perfecta para fomentar la aventura viajera brasileña, que ya se tradujo en un aumento promedio de 20% al año en el número de turistas que van a destinos internacionales, y de 30% en sus gastos.
«El turista brasileño es de los que más gasta cuando viaja: le gusta estar bien en el exterior, comer bien, comprar bastante, dar propina y quedarse en hoteles buenos», explica Rossi.
Según Danny Guimaraes, presidente de la Comisión Europea de Turismo, que representa las oficinas de turismo de 11 países europeos en Brasil, el «turista brasileño está entre las 10 nacionalidades que más gasta en Europa», donde pasa un promedio de 15 días por viaje.
Con ello, la avalancha turística brasileña, añade Guimaraes, ya despierta el interés de empresarios internacionales en invertir en operadoras locales para nutrirse de esos flujos y aprovechar el potencial futuro de este país de 180 millones de habitantes en el que todavía menos de 5% hacen viajes al exterior.
Los destinos internacionales favoritos de los brasileños son Europa (con Francia al frente), Estados Unidos (liderando Nueva York, Orlando, Las Vegas y Washington), y Sudamérica (encabezada por Argentina y Chile).
Leonardo Reis
funcionario brasileño