Turquía parecía privilegiar hoy la pista de los rebeldes kurdos tras el doble atentado de Estambul que dejó 17 muertos, mientras el país se encuentra bajo fuerte tensión y la justicia delibera sobre una posible prohibición del partido islámico conservador en el poder.
Un herido sucumbió a sus heridas hoy en el hospital, llevando el balance de los atentados a 17 muertos, según el director del instituto de medicina forense de la ciudad, Keramettin Kurt, citado por la agencia de noticias Anatolia. La agencia informó asimismo de 115 heridos que permanecían hospitalizados hoy por la mañana.
Un balance precedente, anunciado por el ministro de Sanidad, Recep Akdag, hablaba de 16 muertos. El ministro subrayó que el número de muertos podía aumentar debido a que siete personas se encontraban gravemente heridas, precisando que entre las víctimas mortales había niños.
Una niña de 12 años murió con consecuencia de esquirlas que le alcanzaron el corazón cuando se encontraba en el balcón de su apartamento en la cuarta planta de un edificio situado en la zona de las explosiones, precisó Anatolia.
Las autoridades habían informado de 154 heridos en un primer momento.
El doble atentado tuvo lugar anoche en una avenida comercial del barrio de Gungoren, en el lado europeo de Estambul, en un momento en que cientos de personas paseaban aprovechando el frescor de la noche.
«No cabe ninguna duda de que se trata de un ataque terrorista», declaró a los periodistas el gobernador de Estambul, Muammer Guler.
«Había dos artefactos explosivos (…). Los dos colocados en papeleras. Estallaron con una diferencia de 10 a 12 minutos. Después de la primera explosión, la gente se congregó y entonces se produjo la segunda explosión, que causó muertes», explicó Guler.
Según declaraciones de testigos recabadas por los medios de comunicación, la segunda explosión fue mucho más fuerte que la primera, lo cual vino a reforzar la tesis de una trampa destinada a causar el mayor número posible de víctimas.
Las imágenes difundidas por el canal de televisión NTV mostraron escenas de pánico de los habitantes, con personas ensangrentadas y desorientadas corriendo en todas direcciones.
NTV y varios diarios acusaron del doble atentado a los rebeldes kurdos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Interrogados por los periodistas sobre esta hipótesis, el gobernador Guler y el ministro del Interior turco, Besir Atalay, consideraron que era demasiado pronto para pronunciarse.
Pero para los diarios Hurriyet y Vatan, no cabía duda de que los atentados fueron obra del PKK, debilitado por ofensivas del ejército turco en el sureste del país y en el norte de Irak, donde están refugiados cientos de sus rebeldes.
«Matanza de civiles del PKK», titulaba hoy Hurriyet.
También el líder del Partido Republicano del Pueblo, el jefe de la oposición en el Parlamento, Deniz Baykal, acusó al PKK. «Las autoridades también piensan que es obra del PKK», afirmó ante las cámaras en Estambul.
Varios atentados registrados en Estambul fueron atribuidos en el pasado al PKK, que lucha desde 1984 por la independencia del sureste anatolio, con población de mayoría kurda.
También hay en Estambul grupos armados islamistas y de extrema izquierda.
Este doble atentado se produce cuando Turquía vive un periodo de alta tensión.
El pasado viernes, un tribunal de Estambul decidió juzgar a la red nacionalista Ergenekon, acusada de preparar el terreno para un golpe de Estado militar contra el Gobierno surgido del movimiento islamista.
El atentado coincide asimismo, en cuestión de horas, con el inicio hoy por la mañana en Ankara de las deliberaciones del Tribunal Constitucional relativas a una posible prohibición del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, en el poder) por actividades antilaicas.