De los ocho lesionados en el vertedero de basura de la zona 3, a causa del deslave de ayer, tres aún permanecen en el Hospital Roosevelt. Los tres aseguraron que no volverán a arriesgarse en la búsqueda de su sobrevivencia, pese a no tener certeza de una nueva oportunidad laboral.
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«Ya no me asomo, mejor me busco otro trabajito», dice César Barrios de 36 años. í‰l tiene esposa y cuatro hijos de 16, 12, 3 y 1 año. Sus padres también viven en su hogar, ubicado en la colonia La Verbena, zona 7; a 10 minutos del lugar donde se produjo el deslave.
Cuando el incidente del 20 de junio último ocurrió, él se dedicaba a la jardinería; pero pese al antecedente decidió «probar» suerte en un nuevo trabajo que le prometía mejores ingresos. Apenas llevaba 15 días de buscar chatarra, cuando a eso de las 11:00 horas, una nueva tragedia lo sorprendió. Esta vez él estuvo entre las víctimas.
El afectado, quien presenta trauma cerrado de abdomen y laceraciones en la piel, quejumbroso advierte con gran convicción que no intentará de nuevo ganarse la vida buscando oro, plata, cobre, ni chatarra. «Con esto ya no pienso seguir, porque si Dios me da la oportunidad, hasta aquí no más.
Como está la situación de peligrosa, es mejor evitar y seguir en otra cosa», enfatizó.
Sin resguardo
El ingreso a esa área ha sido prohibido por las autoridades municipales, empero las personas siempre se las ingenian y hallan nuevas formas para acercarse al lugar llamado La Mina, uno de los más azarosos.
Este nuevo episodio sucedió 35 días luego que siete personas perdieran la vida en un deslizamiento en el Sector 5 del vertedero de la zona 3, el cual conecta con La Mina, el pasado 20 de junio, donde fallecieron siete y aún permanecen desaparecidas 17.
Paulino Balam, otro de los sobrevivientes, del más reciente desastre, contó que en días posteriores al primer deslave de este año, se les informó que habría seguridad en el sitio. Sin embargo, no hubo vigilancia alguna.
«Nos dijeron que iba a estar la Policía, el Ejército y la Municipalidad cuidando, para que nadie entrara pero no hubo nada. Deberían hacerlo para evitar más muertes. Aunque legalmente uno mismo arriesga su vida», dijo.
Pese a su reclaro y recomendación, Balam reconoce que «sí la policía entra o quiere cerrar, la gente siempre va a volver».
Paulino Balam Lorenzo, de 43 años, obtuvo una fractura de pierna y peroné derecha, y varias laceraciones en la piel, así como la certeza de no volver más al basurero de la zona 3.
El hombre, que con anterioridad trabajaba como voceador, llevaba tres meses de buscar chatarra en La Mina. Y aunque también vivió de cerca lo ocurrido el 20 de junio, decidió arriesgarse para conseguir unos Q200 ó Q300 al día, ya que en otro empleo no tendría esta oportunidad.
Su jornada comenzaba a las cinco de la mañana y concluía a las cuatro de la tarde. í‰l, como la mayoría de las personas, ingresaba por la Colonia 6 de Octubre donde no había vigilancia.
Unos cuantos segundos bastaron para que esta vez se convenciera. «Al componerme voy a ver dónde consigo trabajo. Ya no vuelvo más», indicó.
Tiene 27 años, pero aparenta tener unos 10 ó 15 más. Marco Antonio Yupe, ha pasado toda su vida trabajando en el vertedero de basura en la zona 3. En el deslave de ayer, sufrió una fractura en la pierna derecha y laceraciones en la piel, principalmente en el rostro.
Marco Antonio tiene tres hijos de 9, 7 y 1 años, razón por la cual se arriesga para obtener a la semana Q400, ya que no es trabajador independiente. No obstante, dice que lo ocurrido ayer lo convenció de no volver «Ya son muchas vidas las que se pierden, voy a trabajar en otro lado».
El sobreviviente cuenta que muchas veces ha sido discriminado en los trabajos, porque creen que es «marero». «Desde niño he trabajado, no soy pandillero», dice Marco Antonio.