A los 28 años, el brasileño Ronaldinho Gaúcho intentará en los Juegos Olímpicos de Pekín-2008 que el espejo de su glorioso pasado le devuelva la imagen de excelencia que hace un tiempo perdió junto a su condición de mejor jugador del mundo.
Ahora en el AC Milán (Italia), club que habría pagado al español FC Barcelona unos 32 millones de euros por su ficha, Ronaldinho será sin dudas la figura más conocida de América Latina en los Juegos que se celebrarán el mes próximo, a partir de la universalidad del futbol.
El exquisito volante ofensivo con cara de niño siempre sonriente y dientes centrales prominentes, liderará en China a un seleccionado brasileño que buscará el único título que le falta a su más que exitoso palmarés: el oro olímpico.
Pentacampeón mundial, varias veces monarca del orbe en las categorías Sub-20 y Sub-17, ocho veces campeón de América y con infinidad de títulos internacionales en materia de clubes, la medalla de oro olímpica le ha sido esquiva a Brasil, pese a que desde hace dos décadas -por lo menos- la persigue casi con desesperación.
Muy cerca estuvo de colgársela en Seúl-1988, cuando con un tal Romario llegó a la final, donde fue derrotado por la Unión Soviética (2-1) en alargue.
Ocho años después, la sorprendente Nigeria de Kanu, Okocha, Amunike y compañía lo radió en semifinales y en Sydney-2000 quedó por el camino en cuartos de final, cuando fue eliminado por el Camerún de Samuel Eto»o.
En Barcelona-1992 y Atenas-2004, Brasil ni siquiera pudo pelear por ella, porque fue eliminado en los preolímpicos sudamericanos, por Paraguay y Colombia para la cita en Cataluña, y por Argentina y Paraguay para el torneo en la capital griega.
Ahora, el entrenador Dunga, duramente cuestionado por las últimas actuaciones del seleccionado auriverde en las eliminatorias sudamericanas, confía en Ronaldinho para ganar la medalla de oro, que además de la gloria le permita tomarse un respiro de las despiadadas críticas de la prensa brasileña y le afirme en su cargo.
«Ronaldinho es un miembro muy importante de nuestro equipo y está recuperado de sus problemas. Lo más importante es que está feliz y sonríe de nuevo (desde que pasó al AC Milán). Esto hace que los cosas sean más fáciles para nosotros», declaró Dunga desde Singapur, donde Brasil afronta el último tramo de su preparación para los Juegos Olímpicos.
Ronaldinho firmó por el AC Milán en este mes, luego de un lustro en el FC Barcelona, donde ganó la Liga de Campeones de Europa de 2006 y las Ligas españolas de 2005 y 2006.
Desde los éxitos con el Barí§a de 2006 y tras el fracaso de Brasil en el Mundial de Alemania -eliminado en cuartos de final por Francia-, su rendimiento comenzó a decaer, hasta el punto de vivir una tensa temporada 2007-2008, en la que tuvo problemas de lesiones y fue criticado por la prensa y los aficionados por sus excesos nocturnos.
La caída del ídolo fue rápida, mucho más que el ascenso que llevó al chico de la sureña ciudad de Porto Alegre a Europa, luego de una complicadísima transferencia que involucró al brasileño Gremio y al París Saint-Germain.
Los Juegos de Pekín-2008 le llegan como anillo al dedo y como una plataforma ideal para relanzar su carrera, esa que hace sólo tres años lo llevó a que fuera considerado el mejor jugador de la década.