Contracepción no propagó el sida


Valya Cherveniashka trabaja en un hospital de Sofí­a, capital de Bulgaria, en donde se conoció el caso de la enfermera que inyectó con sangre infectada de VIH a más de 400 niños.

El Vaticano calificó ayer de «manifiestamente infundada» las acusaciones proferidas por grupos católicos disidentes en una carta abierta al Papa según la cual la prohibición por la Iglesia Católica de la contracepción habrí­a contribuido a la difusión del sida.


La Coalición por la Compasión realizó una protesta en Australia para solicitar a la Iglesia Católica que acepte el uso del condón como estrategia para combatir el sida.Chile recién aprobó una normativa que prohí­be el uso de animales para espectáculos públicos, lo que pone en una posición incómoda a los circos.

El portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, contestó en una «nota» a la carta abierta difundida ayer por grupos católicos disidentes con motivo del 40 aniversario de la encí­clica Humanae Vitae, que prohí­be a los católicos el uso de anticonceptivos.

El padre Lombardi estimó que «la acusación según la cual la postura católica es la causa de la difusión del sida y por lo tanto de dolor y muerte (…) es manifiestamente infundada».

Según Lombardi, la «difusión del sida es totalmente independiente de la confesión religiosa de las poblaciones y de la influencia de las jerarquí­as eclesiásticas, y las polí­ticas que buscan combatir el sida basadas principalmente en la difusión del preservativo fracasan ampliamente».

El portavoz destaca además que los grupos que firman la carta «son bastante poco representativos» de la Iglesia Católica y los acusa de no hablar de amor, el tema principal de la encí­clica, «que parece no interesarles para nada».

«Es evidente que no se trata de un artí­culo que expresa una postura teológica moral sino de una propaganda pagada a favor del uso de anticonceptivos», añade Lombardi.

«También cabe preguntarse quién la ha pagado y por qué», concluye el texto.

Unas 60 organizaciones católicas disidentes denunciaron ayer en una carta abierta dirigida al papa Benedicto XVI los «efectos catastróficos» de la prohibición de la contracepción en los pobres y los más débiles.

En el documento, publicado por el Corriere della Sera, estas organizaciones de varios paí­ses europeos, estadounidenses y latinoamericanos reclaman el derecho de los católicos «a planificar su vida familiar de manera segura y con buena conciencia».

El papa Pablo VI firmó el 25 de julio de 1968 la encí­clica Humanae Vitae, que fundamenta la prohibición de la anticoncepción por la Iglesia católica.

El Corriere della Sera define este texto, que tiene valor de ley para la Iglesia católica, como una toma de posición contra «la anticoncepción por medios artificiales, el hedonismo y las polí­ticas de planificación familiar».

En su momento, el documento «provocó una oposición sin precedentes en el seno de la Iglesia católica», reconoció ayer el Osservatore Romano, el periódico del Vaticano.

El cardenal estadounidense Francis J. Stafford recordó en ese mismo diario que la encí­clica provocó «una desgarradora disensión doctrinal» entre «algunos curas y teólogos estadounidenses».

Según el Osservatore Romano, el texto «llamado en broma «la encí­clica de la pí­ldora»» aparece, con el tiempo, «lúcido y premonitorio» frente a los «desarrollos inquietantes de la ingenierí­a genética».

Pero los firmantes de la carta abierta estiman, al contrario, que la polí­tica promovida por la encí­clica «pone en peligro la vida de las mujeres y expone a millones de personas a contraer el virus del sida».

Los efectos de esta prohibición han sido particularmente «devastadores en el sur del mundo, donde la jerarquí­a católica ejerce una influencia considerable sobre las polí­ticas de planificación familiar», subrayaron las organizaciones.

El papa Benedicto XVI reafirmó el pasado 10 de mayo la validez de la encí­clica Humanae Vitae para la Iglesia actual.

REVOLUCIí“N


Cientí­ficos chilenos participan en el estudio de un revolucionario anticonceptivo masculino, que con un uso similar a las pastillas femeninas suprime la producción de espermatozoides y que podrí­a ver la luz en cinco años, según el Instituto Chileno de Medicina Reproductiva (Icmer).

«Se trata de una inyección de hormonas que suprime a nivel cerebral la producción de espermatozoides. Su método es totalmente homólogo a las pastillas anticonceptivas femeninas», señaló Gabriela Noé, bióloga del Icmer encargada del proyecto.

El anticonceptivo funciona a través de una inyección combinada de dos derivados sintéticos de la testosterona que se realiza cada dos meses y cuya utilización suprime en su totalidad la fertilidad del esperma.

A diferencia de la vasectomí­a y el condón, los dos únicos métodos anticonceptivos masculinos existentes, el nuevo fármaco es completamente reversible y tiene una mayor eficiencia que los preservativos.

La efectividad del condón es de un 90%, mientras que la vasectomí­a es una operación irreversible en la que se cortan los conductos que trasportan los espermatozoides, cirugí­a a la que pocos hombres están dispuestos a someterse.

«Luego de terminar el tratamiento, quien se haya sometido a él recuperará la fertilidad de sus espermios (espermatozoides) en 70 dí­as, el perí­odo normal de fertilización de los gametos masculinos», aseguró la bióloga.

El nuevo anticonceptivo es desarrollado en conjunto por institutos de fertilidad de Europa, Japón y Canadá, y su uso ya está avalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Cincuenta parejas chilenas lo probarán por los próximos 27 meses, al igual que otras 350 de Australia, Italia, Alemania, Gran Bretaña e Indonesia, donde se realizarán pruebas similares.

Todas son parejas con una relación estable y monógama. Las mujeres no deben tener más de 35 años y los hombres entre 18 y 45 años.

Según explicó la bióloga chilena encargada del proyecto, los ensayos clí­nicos realizados con esta terapia han sido todo un éxito y en el 100% de los casos se llegó a concentraciones de esperma que se consideran infértiles, es decir, son tan bajas que no son capaces de fertilizar un óvulo.

El fármaco podrí­a ser comercializado en cinco años más y es especialmente recomendado para varones jóvenes.

«Mi experiencia me indica que este serí­a un producto tremendamente exitoso, ya que los jóvenes en todo el mundo están demandando ser ellos quienes controlen la planificación familiar, y no dejarle toda la responsabilidad a sus parejas», aseguró la bióloga Noé.

«Tras el final de la investigación es la industria farmacéutica la encargada de lanzar el anticonceptivo al mercado, por lo que esperamos que esté al alcance de todos en los próximos cinco años», agregó.