La base espacial de Kuru, en la Guyana Francesa, que durante 40 años fue símbolo de las ambiciones espaciales francesas y europeas, abre ahora sus puertas para recibir cohetes e ingenieros rusos, rivales de Europa hasta hace poco tiempo.
El Centro Espacial de Guyana (CSG, por sus siglas en francés) enfrenta una nueva era en la que acogerá a estos nuevos inquilinos, antiguos rivales de Europa en la carrera espacial.
El domingo se espera la llegada a Cayena de un buque de carga con una primera entrega a bordo de 150 contenedores para equipar una plataforma de lanzamiento en el CSG, desde donde se prevé el lanzamiento del primer Soyuz «europeo» para el segundo semestre de 2009.
«El desafío consistirá en ensamblar todo lo que fue hecho en Rusia con lo que ha sido construido aquí en Guyana y asegurarse de que funciona», dijo Jean-Yves Le Gall de Arianespace, la compañía que ha firmado el acuerdo con Soyuz.
«Todo el trabajo de ingeniería civil en la plataforma estará terminado para fines de agosto y después de eso, la tarea será instalar el equipamiento ruso», dijo por su parte Frederic Munoz, un ejecutivo del Centro Nacional de Estudios Espaciales francés.
Un equipo de 14 técnicos rusos trabajará en este primer envío, seguidos de otros 90 durante las próximas semanas.
Se espera la llegada de dos cargamentos más por vía marítima a fines de año, y de otros cuatro el año próximo que traerán a bordo el primer cohete. En el momento de máxima actividad de 2009, habrá trabajando en Kuru entre 200 y 300 rusos, ensamblando y probando el material.
El Soyuz -un confiable veterano de la carrera espacial, con un récord de más de 1.600 lanzamientos en su haber- se traslada a Kuru para ayudar a la compañía Arianespace a cubrir un vacío en su gama de servicios para la puesta en órbita de satélites.
El único vehículo que puede ofrecer es el cohete pesado Ariane 5 ECA, que tiene la capacidad de poner en órbita geoestacionaria una carga de 9,5 toneladas.
En tanto, a principios de semana tuvo lugar una reunión ministerial informal en el centro espacial guyanés que reunió, bajo iniciativa francesa, a 15 ministros y secretarios de Estado europeos en el marco de las directivas previstas por el Tratado de Lisboa.
Los ministros convinieron en la necesidad de buscar un financiamiento estable y perenne para el programa de observación del medio ambiente y de seguridad GMES, y evitar así que el viejo continente sea dependiente de Estados Unidos en ese área.
Los europeos también quieren evitar los fallos del sistema de navegación por satélite Galileo, rival del GPS estadounidense.
«Debemos aprender las lecciones de Galileo. Una de ellas es que el programa GMES exige una dirección política más firme y duradera», declaró en Kuru el comisario europeo de Industria, Gí¼nter Verheugen.
«Necesitamos un presupuesto dedicado a las actividades espaciales más allá de 2013», añadió Verheugen, lo que según el comisario europeo implica «un aumento de la partida» presupuestaria dedicada a este sector.