El candidato presidencial demócrata norteamericano Barack Obama respondió a una crítica de su rival republicano, John McCain, sobre la guerra en Irak, mientras se le esperaba hoy en Francia, tras su baño de masas en Berlín.
Alabado por todas las críticas, el discurso que Obama dio ayer delante de 200 mil personas marcó un punto culminante en su campaña mundial que le ha llevado de Oriente Medio a Europa, y se le esperaba en París para reunirse con el presidente francés Nicolas Sarkozy.
Pero tuvo que hacer un paréntesis en sus asuntos europeos para contestar a su contrincante, después de que McCain declarara esta semana en una entrevista en la CBS que Obama preferiría «perder una guerra que perder una campaña», dentro del contexto del fuego cruzado sobre la guerra en Irak.
«Me decepcionó ese lenguaje», dijo Obama en una entrevista en la NBC, que fue difundida anoche en Estados Unidos.
«John McCain y yo no estamos de acuerdo en política, pero nunca he dudado de que ambos queremos hacer de Estados Unidos un país más seguro», dijo Obama.
«Creo que fue desafortunado sugerir que me preocupo menos por la seguridad de mi mujer y de mis hijas que él», añadió.
Obama aseguró que si fuese elegido presidente retiraría a la mayor parte de las tropas estadounidenses de Irak en los primeros 16 meses tras asumir el cargo, una estrategia que según McCain pondría en peligro la seguridad de las tropas.
El discurso que pronunció ayer en el parque Tiergarten de Berlín convenció a la prensa alemana, al menos, de que el senador por el Estado de Illinois tiene las dotes de liderazgo necesarias para ser el próximo presidente de Estados Unidos.
«El mejorará la imagen de Estados Unidos en el mundo», dijo el periódico de centro-izquierda Sueddeutche Zeitung.
Pero este diario advirtió que «no hay duda de que pedirá ayuda a Europa para salir con éxito de Afganistán y de Irak. Obama le saldrá caro a Alemania».
El izquierdista Frankfurter Rundschau dijo que Obama tendrá que asumir una tarea más difícil que la del antiguo presidente norteamericano John F. Kennedy, quien pronunció la célebre frase «Ich bin ein Berliner» en Berlín durante la Guerra Fría.
«Lo que hizo Kennedy fue valiente, pero también fácil. Lo único que tuvo que hacer fue traer a los alemanes una parte de Estados Unidos: confianza en sí mismos, esperanza, apoyo», escribió este periódico.
«Esperamos más de Barack Obama. Esperamos que se lleve algo de aquí a Estados Unidos», añadió.
En su discurso, que pronunció a poca distancia de donde se encontraba el antiguo Muro de Berlín, Obama advirtió que la Humanidad debe construir «un mundo que se ponga de pie unido», ante el público más numeroso de su campaña.
«El mayor peligro es permitir que nuevos muros nos dividan», dijo Obama, que se prepara para enfrentarse a McCain en las elecciones de noviembre próximo.
«Los muros entre viejos aliados a ambos lados del Atlántico ya no tienen cabida», dijo refiriéndose a las divisiones entre Estados Unidos y Europa por la invasión de Irak en 2003.
«Los muros entre razas y tribus, nativos e inmigrantes, cristianos, musulmanes y judíos, ya no pueden existir. Estos son los muros que debemos derribar ahora», dijo Obama en un discurso transmitido en directo por las televisiones alemanas y estadounidenses.
Sus declaraciones recordaron cuando el ex presidente estadounidense Ronald Reagan dijo al líder soviético de esa época, Mijail Gorbachev, en 1987 en Berlín: «tira abajo ese muro», antes de la caída del comunismo.
El discurso de Obama en Berlín llevó la competencia por la Casa Blanca al extranjero en una forma sin precedentes, y lo confirmó como un fenómeno político global.
Esta confirmación tuvo lugar durante su gira por Oriente Medio y Europa, destinada a convencer a los estadounidenses que temen que sea demasiado inexperto para ocupar la jefatura del Estado.
El candidato demócrata llegó poco después de las 15:30 horas locales, a París, para una breve visita de unas horas, durante la cual se entrevistará con el presidente francés Nicolas Sarkozy.
El avión del senador por Illinois, proveniente de Berlín, llegó al aeropuerto de París-Le Bourget, al norte de la capital francesa.
Después de su escala en París, Obama es esperado en la tarde en Londres, última etapa de una gira que lo llevó también a Afganistán, Kuwait, Irak, Jordania e Israel.
Ayer en Berlín, Obama pronunció ante miles de personas un discurso sobre las relaciones trasatlánticas, en el que pidió a la «nueva generación» de europeos y estadounidenses que se unan para «derribar los muros» entre aliados, entre países ricos y pobres, entre cristianos, musulmanes y judíos.