Siete años de negociaciones de la denominada «Ronda del Desarrollo» de Doha dependen de los últimos regateos de hoy en Ginebra para saber si las concesiones de los países emergentes en el área industrial se ven compensadas por la apertura de mercados agrícolas del primer mundo.
«Las próximas horas son cruciales. Todo oscila entre el éxito y el fracaso», dijo hoy el director general de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Pascal Lamy, citado por su portavoz.
«Se están registrando ciertas convergencias, pero el ritmo es dolorosamente lento. Tenemos que cambiar a una marcha superior para aprovechar el poco tiempo que nos queda», agregó el Director General.
El ritmo y la orientación de la globalización en los próximos años se definirán de hecho en el último minuto del tiempo suplementario, como recalcaron ayer los participantes en la reunión de las siete mayores potencias comerciales del mundo (Estados Unidos, Unión Europea, Brasil, India, Japón, Australia y China).
Hoy «sabremos si (un acuerdo) es posible. Tal vez no concluyamos todo, pero debemos alcanzar un acuerdo», declaró el canciller brasileño, Celso Amorim.
La representante estadounidense de Comercio, Susan Schwab, coincidió: «Algunos países están tardando más que otros» en hacer sus propuestas, «pero hoy veremos si todos están dispuestos a cumplir con su parte», afirmó.
Ayer, el desánimo con que se había iniciado el día retrocedió ligeramente: «Hubo algunos avances, (aunque) ni de lejos suficientes (…) como los que esperábamos cuando hicimos nuestra propuesta», dijo Schwab, al referirse a la oferta de su país de recortar los subsidios a la agricultura de 17 mil millones a 15 mil millones de dólares anuales.
«Estamos avanzando en varias áreas, aunque no hay razones para saltar de alegría», comentó el ministro indio de Comercio e Industria, Kamal Nath.
La OMC inició la Ronda de Doha a fines de 2001, con la intención de concluirla en 2004. Pero está trabada por los reclamos cruzados de los países ricos y los emergentes.
Estados Unidos y la Unión Europea (UE) estiman que ya dieron pasos importantes en la apertura de sus mercados agrícolas y esperan en contrapartida la reducción de barreras arancelarias impuestas a los productos industriales de los emergentes.
Las cuestiones industriales se concentran en dos demandas del Norte y una demanda de algunos países en vías de desarrollo.
El Norte presiona por la eliminación total de aranceles para ciertos productos; también exige una «cláusula anticoncentración» que pretende impedir que los aranceles autorizados por la OMC sean utilizados por algún país para proteger un único sector industrial en su totalidad.
La demanda de algunos países en desarrollo apunta a obtener la aprobación de un Mecanismo de Salvaguardas Especiales (SSM) que les permita subir provisoriamente los derechos de aduana para frenar un aluvión de importaciones o una caída brusca de precios de un determinado producto.
Pero el SSM divide a los países del Sur con fuertes intereses exportadores; el lunes, Uruguay y Paraguay pidieron que se rechace esa norma.
Amorim admitió que Brasil haría gestos en los temas por los cuales presionan Estados Unidos y Europa.
«Las áreas sectoriales siempre fueron importantes para los norteamericanos, la (cláusula) anticoncentración la quieren mucho los europeos, aparentemente para satisfacer a la industria alemana; entonces estamos viendo qué podemos hacer sin herir el interés de nuestra industria. Hay límites, aunque no les diré cuáles», dijo el canciller a periodistas.
Según fuentes vinculadas a las negociaciones, los mayores obstáculos a un acuerdo dentro de los Siete grandes vienen de India, a la que se le piden gestos de apertura de sus mercados tanto agrícolas como industriales.
El presidente estadounidense George W. Bush llamó ayer por teléfono al primer ministro indio Manmohan Singh, con discutió el andamiento de la Ronda de Doha.
Colombia propuso hoy encargar al director general de la OMC Pascal Lamy redactar un nuevo documento que sirva de base de discusión para evitar el colapso de las negociaciones multilaterales de comercio, informaron fuentes diplomáticas en Ginebra.
La propuesta colombiana fue apoyada por Perú y Chile -tres países que buscan multiplicar los acuerdos de libre comercio- pero rechazada por Bolivia, Cuba y Venezuela, que forman parte de una alianza anti-neoliberal (ALBA) en el continente latinoamericano.
De todos modos, Lamy declinó la invitación, alegando que los acuerdos debían obtenerse en base a los documentos ya elaborados y que las discusiones debían evitar las «sorpresas», refirieron las fuentes.
La discusión se dio durante una reunión del Comité de Negociaciones Comerciales (TNC, por sus siglas en inglés) que reúne a los delegaciones de los 153 países miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Los ministros de unos 35 países de la OMC buscan esta semana en Ginebra cerrar las brechas entre los reclamos de los países emergentes y los desarrollados para salvar la Ronda de Doha de apertura de los mercados mundiales.
Los emergentes quieren más acceso a los mercados agrícolas del Norte, en tanto que Europa y Estados Unidos reclaman la reducción de aranceles impuestos a sus productos en los países en desarrollo.
Lamy advirtió hoy sobre el riesgo de un fracaso de las negociaciones, indicó su portavoz.
«Las próximas horas son cruciales. Todo oscila entre el éxito y el fracaso», afirmó el jefe de la OMC.
La Unión Europea (UE) propuso ampliar el acceso a su mercado del etanol brasileño, aunque sin generar gran entusiasmo del canciller brasileño Celso Amorim, reveló ayer el secretario europeo de Comercio Peter Mandelson en su blog sobre las negociaciones de la OMC en Ginebra.
«En una reunión con el canciller brasileño Celso Amorim, Mariann (Fischer Boel, comisaria europea de Agricultura) y yo dijimos claramente que estábamos dispuestos a explorar un posible acuerdo que daría un nuevo acceso significativo a las cruciales exportaciones de etanol de Brasil», señala Mandelson.
«Sorprendentemente, dada la importancia del tema para Brasilia, Amorim pareció minimizar el valor de la propuesta», escribe el comisario de Comercio.
Esa propuesta exigiría en contrapartida «una mayor flexibilidad de Brasil a nuestras exportaciones», precisa el funcionario europeo.
Brasil pidió incluir a los biocarburantes en las negociaciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC), para acceder más fácilmente a los mercados europeo y norteamericano.
El país sudamericano, segundo productor mundial de etanol, quiere impulsar sus exportaciones de ese alcohol carburante que sustituye a la gasolina, pero sus ambiciones se ven limitadas por los aranceles en vigor en Estados Unidos y Europa.
Brasil busca que la OMC deje de considerar el etanol como un producto agrícola y que lo incluya en su lista de bienes medioambientales, lo cual le permitiría un acceso libre al mercado.