Wilfredo García, viceministro de Comunicaciones, reconoció que «prácticamente toda la red vial es vulnerable, debido a que el suelo ya no tiene permeabilidad, ni filtración del agua, lo que provoca gran cantidad de derrumbes».
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Desde el viernes recién pasado las emergencias se han intensificado. Hasta ayer las autoridades de la cartera de Comunicaciones registraban 26 derrumbes que obstruyeron carreteras, en la ruta CA-11. El norte y el suroccidente del país son las regiones donde más daños ha sufrido la red vial.
«El agua ya no se consume, los suelos no tienen capacidad de absorberla. (…) Los 15 mil kilómetros de la red vial están en riesgo», admitió García.
De acuerdo con el funcionario, la maquinaria que se encarga de remover los derrumbes se mantiene de manera constante en los puntos más afectados, ya que los movimientos de tierra en las laderas son persistentes.
Algunas empresas que trabajan para la Dirección General de Caminos y las zonas viales están atendiendo las emergencias. García calculó que a la fecha podría haberse invertido unos Q20 millones en la reparación de estas eventualidades.
En la zona del Polochic hay tramos carreteros en riesgo, ya que están a la orilla del río que se ha desbordado.
En Chimaltenango, en el kilómetro 107 y 124 de la ruta Interamericana, ocurrieron derrumbes que obstaculizaron la carretera.
La parte alta de San Marcos y Quetzaltenango es vulnerable a movimientos de tierra.
El punto más crítico es el paso de Gualán hacia La Unión, Zacapa, donde hay dos puentes que están siendo monitoreados.
A criterio de García, toda la zona montañosa del país es altamente propensa a deslizamientos de tierra.