Petrocaribe es lo mismo de los años 80 pero hoy es con diferente nombre


Antonio Mosquera, director general de Investigación de la Usac, opina que el Congreso debe ratificar el Convenio.

Mientras el sector empresarial organizado en CACIF fijó su postura respecto a la adhesión de Guatemala a Petrocaribe, pidiendo que se explique claramente que no habrá reducción en los precios de los combustibles y que los recursos que serí­an destinados a proyectos sociales sean incluidos dentro del presupuesto del Estado para el control del déficit fiscal y de su impacto inflacionario, el director general de Investigación de la Universidad de San Carlos, Antonio Mosquera explica que la iniciativa conviene a los intereses del paí­s y que el Congreso debe ratificarla.


-Pregunta: ¿Cómo ve la polémica generada respecto a la conveniencia o no de aprobar Petrocaribe?

-Respuesta: Siempre hay debates que surgen para entretener a la gente. En los años 80, los gobiernos de México y Venezuela firmaron un Convenio de Apoyo para el Desarrollo de Centroamérica y en conjunto acordaron dar petróleo al área cobrando solo una parte del precio, el resto de los recursos serví­an para constituir un fideicomiso, cuya administración se le daba al Banco Centroamericano de Integración Económica, BCIE, para que lo invirtieran en proyectos de desarrollo. De esa cuenta, los paí­ses no pagaban la totalidad de la factura petrolera, el BCIE se fortalecí­a, habí­a proyectos de desarrollo. Hoy, necesariamente hay que volver a plantear esos acuerdos, Petrocaribe es un acuerdo que debe ser ratificado.

Considero que se desarrolla toda ésta discusión porque el presidente Chávez es sumamente histriónico y quienes argumentan lo hacen para entretenerse un poco, pero al final, el crédito hay que pagarlo y es mejor diferir a futuro el pago de los bienes que en la actualidad van a generar progreso para los pueblos. Reitero, el convenio no es nuevo, es lo mismo de los años 80 pero con diferente nombre.

-P: ¿Hacia dónde deben ser dirigidos esos fondos?

-R: Los programas debieran financiar los cambios en la producción de energí­a, a largo plazo, urge incrementar la capacidad de producción hidroeléctrica, eso hay que hacerlo, no tenemos que esperar más, esos fondos podrí­an aplicarse en ese sentido. Desde el ángulo del financiamiento para el desarrollo, ayudarí­an mucho al paí­s, es algo que se necesita, no es algo que sea adicional o de lo que podamos prescindir, sino que nos puede ayudar.

-P: Al Congreso le corresponde aprobarlo, hay bancadas que han manifestado su desacuerdo.

-R: Las relaciones internacionales, según la Constitución de la República, son privilegio del Ejecutivo y el Congreso debiera reconocer ese principio y apoyar al Ejecutivo, respetar esa calidad y aprobar el acuerdo internacional, boicotearlo sólo muestra que somos un paí­s dividido, donde pequeñas rencillas se llevan a nivel de polí­ticas de estado y esto no es conveniente.

-P: Si el convenio es bueno, ¿la oposición al mismo serí­a ideológica?

-R: Sí­, es ideológica. Se puso el tema en un buen sentido, si me cae bien o no Chávez, él es caribeño y la mayor parte de la clase polí­tica guatemalteca es del altiplano, somos serranos como dicen en Suramérica y no nos gusta la forma de hacer polí­tica de Chávez; en cambio, vemos al Presidente de Ecuador, que tiene ideas -desde el punto de vista ideológico- similares a las de Chávez; sin embargo, no nos molesta y nos parece una persona educadí­sima. Mucho de lo que hay aquí­ es un enfrentamiento tonto, no se está discutiendo el fondo del asunto que consiste en la renovación del Acuerdo de San José que ya se habí­a pacto entre México y Venezuela desde hace más de 30 años, igual que sucedió con la iniciativa del Caribe que se convirtió en el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Los pactos internacionales se tienen que ir renovando.

-P: Quienes se oponen argumentan que se incrementará la deuda externa del paí­s y que se hará mal uso de los recursos.

-R: Esto es difí­cil de tomar en serio. En gran medida nuestro paí­s debe tener capacidad de pago para que nos den fondos, quienes nos prestan deben asegurarse que nosotros vamos a pagar, hay un interesado que lo que quiere es recuperar sus fondos, además no depende solo del paí­s el definir cómo se van a utilizar los recursos. A nosotros nos pueden decir las entidades internacionales financieras que lo dirijamos a fortalecer nuestra capacidad energética, nuestra capacidad agrí­cola. Yo creo que estos empréstitos son necesarios, los recursos financieros deben ser invertidos en generar crecimiento de la economí­a.

Por otro lado, en este momento de crisis financiera internacional, hay bancos internacionales que necesitan paí­ses dispuestos a tomar dinero para generar rápidamente efectos en la producción, y nos ofrecen empréstitos que se están tomando pero van dirigidos a financiar el funcionamiento del gobierno, eso sí­ está mal. No debemos confiar en ellos, la prueba es que en muchos paí­ses del continente americano, los préstamos se convirtieron en una especie de veneno, de droga que hizo terminar con economí­as como la de Argentina.

-P: ¿Cómo garantizar que los recursos se utilizarán de forma transparente?

-R: Partir de que esos recursos van a ser utilizados mal, es no tener confianza en nosotros mismos, si seguimos así­, nunca vamos a salir de donde estamos, la brecha entre los que producen y los que no producen va a seguirse ampliando. De alguna manera, hay que ser optimistas y confiar en que podemos utilizar bien los recursos. Los que son pesimistas van a ser pesimistas siempre, argumentan que todo va a ir mal, que todo se va a arruinar y se lo van a robar. Si bien ha habido actos de corrupción en diferentes niveles, lo que debemos solicitar es transparencia y que las instituciones de fiscalización sean capaces de hacerlo.

Si nos comparamos con Centroamérica, Guatemala por haber sido conservadora, se ha quedado a la zaga, El Salvador y Costa Rica tienen una mejor economí­a que la de nosotros. Creo que Petrocaribe es una cuestión de actitud que no debemos desaprovechar.