A juicio de la parlamentaria de Encuentro por Guatemala, Otilia Lux de Cotí, la adhesión de Guatemala al Tratado de Petrocaribe de Venezuela viene a constituir una oportunidad para lograr avanzar en programas sociales, especialmente en Salud y Educación. Enhorabuena la medida adoptada por el Gobierno Central, la cual permitirá avanzar en el desarrollo económico, social y político de la Nación, aunque hayan sectores que lo adversen, incluso en el propio Parlamento guatemalteco.
Esperamos ver el documento signado por el mandatario ílvaro Colom, para analizar las ventajas que otras instituciones financieras internacionales no le han dado a Guatemala. Estaremos atentos, porque le corresponderá al Congreso aprobarlo y transparentar los mecanismos de ejecución, sumado a una fuerte tarea de fiscalización.
Una oportunidad que no debe desaprovecharse
A pesar de las fuertes críticas de diversos sectores, el diputado Roberto Alejos, de la bancada oficial UNE, al externar su opinión en torno a la firma de Adhesión de Guatemala al Tratado conocido como «Petrocaribe», dijo sentirse complacido toda vez que ello representa grandes ventajas que permitirán continuar y ampliar el desarrollo social en el país.
«Es una oportunidad que no debe desaprovecharse, puesto que obtener diésel y búnker al crédito con tasa de interés tan baja y con 25 años de plazo para pagar la deuda, en momentos en que el abastecimiento de combustibles sufre altibajos, constituye una gran ventaja para los guatemaltecos», reiteró el parlamentario.
«Obtener recursos frescos para invertirlos en infraestructura, programas sociales, salud, educación y la construcción de proyectos autosostenibles es, sin lugar a dudas, la gran oportunidad para mejorar la calidad de vida de los connacionales».
Petrocaribe sí pero no
Hasta el momento se desconoce exactamente los compromisos y los alcances que podría significar la adhesión de nuestro país al Tratado de Petrocaribe, porque aún no ha sido divulgado por el Gobierno Central, se desconocen las cláusulas, mientras que diversos sectores se han dado a la tarea de rechazarlo o aceptarlo de acuerdo con lo que conocen únicamente a través de los medios de comunicación.
En esa dirección el economista y director del área económica del Centro de Investigaciones Económicos Nacionales, CIEN, Hugo Maúl, señala las conveniencias e inconveniencias que deben observarse de acuerdo a lo poco que se ha conocido.
Maúl hace la observación de que este Tratado tiene dos componentes, el primero nada tiene que ver con rebaja a los precios de los combustibles, en eso hay que estar muy claros y segundo que se trata solamente de un préstamo más que tiene que aprobar finalmente el Congreso de la República tomando en cuenta los proyectos y programas a los cuales se va a dirigir el excedente de la factura petrolera, las condiciones de pago y lo más importante, garantizar la transparencia del gasto.
La mejor opción con Petrocaribe, sugirió el economista, sería pagar deudas de corto plazo con altas tasas de interés, es decir, pagar deuda cara para quedarse con deuda con intereses más bajos y de más largo plazo, y otro componente sería que el producto financiero se invierta en proyectos que garanticen la productividad y sostenibilidad a futuro.
Con ese préstamo se liberarían recursos, no tantos como los Q5 mil millones pero sí habría posibilidades de inversión en programas sociales lo cual vendría a paliar la crisis que se vive actualmente, de lo contrario, solamente vendrán a endeudar más al país, resaltó el experto en economía.
Oferta de quemazón en plena crisis económica
Según el acuerdo Petrocaribe, Venezuela le exportaría a Guatemala el equivalente a 20 mil barriles de diésel diarios, de cuya factura solo pagará el 40% en 90 días, después de recibido el embarque. El restante 60% a un plazo de 25 años y a una tasa de interés del 1%, que equivale a casi Q6,000 millones mensuales. Y si el precio del barril de petróleo supera la barrera de los US$150 millones, el Gobierno tiene la opción de solo pagar el 30% con el mismo plazo y tasa de interés, según afirmó el ministro, Carlos Meany.