En uno de los barrios más pobres de Los íngeles, EE.UU., vivía un niño marcado por la pobreza y la falta de educación, su destino no parecía llegar a ser diferente al de sus mayores.
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Junto a doce familiares más, vivía en una casa de sólo dos habitaciones; el piso era de tierra, y la construcción amenazaba con derrumbarse.
Para el colmo de males, sus padres se divorciaron; otro chico, ante esto, se habría vuelto un ladrón, un alcohólico y un drogadicto; él, sin embargo, decidió hacer de su adversidad su mayor fortaleza.
Sin quedarse de brazos cruzados, luchó hasta el cansancio y, un día, la fortuna le dio su mejor sonrisa.
Fue así como el actor Edward James Olmos, premiado con el Oscar, ingresó al salón de la fama.
DE LAS PEORES SITUACIONES SURGEN LOS MEJORES TRIUNFOS.