El líder cubano Fidel Castro se tomó un «descanso» el martes para conversar con su amigo, el escritor colombiano Gabriel García Márquez, y su esposa Mercedes, en lo que dijo fueron «las horas más agradables» desde que enfermó hace casi dos años, según narra en un artículo.
«He pasado las horas más agradables desde que enfermé hace casi dos años», les dijo Castro a sus visitantes, en referencia a la enfermedad que lo alejó del poder en julio de 2006, primero provisionalmente y desde febrero pasado de forma definitiva, tras casi medio siglo de gobierno.
Fidel Castro, que cumplirá 82 años en agosto, almorzó con García Márquez y Mercedes, la primera vez que lo hace con visitantes -dijo- desde que se encuentra recluido en un sitio no conocido públicamente, en convalecencia.
«Comprendí que yo estaba realmente de vacaciones y se lo dije. Improvisé. Pude resolver. Ellos almorzaron lo suyo, y por mi parte cumplí la dieta disciplinadamente, sin salirme un ápice, no para añadir años a la vida, sino productividad a las horas», afirmó.
La visita comenzó a las 9:35 horas y terminó a las cuatro de la tarde (horas de Guatemala), por lo cual dijo haber relegado «un cúmulo de cables con noticias sobre la reunión en Japón de las potencias más industrializadas».
«Dejaré el material para otro día, si no se vuelve fiambre (pierde actualidad). Decidí descansar. (…) ¡Qué deseos tenía de intercambiar con ellos para rememorar casi 50 años de sincera amistad!», manifestó Castro, que desde marzo de 2007 escribe artículos de prensa.
El ex presidente recordó que conoció a «Gabo», siete meses menor que él, cuando éste comenzó a trabajar en los años 60 en la entonces recién fundada agencia Prensa Latina.
«Nuestra amistad fue fruto de una relación cultivada durante muchos años en que el número de conversaciones, siempre para mí amenas, sumaron centenares», comentó Castro.
Durante años, encontrarse con «Gabo» «se convertía en una receta contra las fuertes tensiones en que de forma inconsciente, pero constante, vivía un dirigente revolucionario cubano», añadió.
García Márquez y su esposa le obsequiaron una colección de los discursos pronunciados en Estocolmo por cinco Premios Nobel: William Faulkner (1949), Pablo Neruda (1971), Gabriel García Márquez (1982), John Maxwell Coetzee (2003) y Doris Lessing (2007).
«A Gabo no le gustaba pronunciar discursos. Se pasó meses buscando datos -recuerdo-, angustiado por las palabras que debía pronunciar para recibir el Premio (…). Si ese hubiera sido su oficio, es seguro que Gabo habría muerto de infarto», comentó Castro.
En su artículo cuenta que tras la visita, «un rato después» fue a caminar. Al despedirse, García Márquez, quien estará en Cuba hasta mañana, le aseguró que «habrá otras» visitas.