Incierto futuro para el Hitler decapitado


í‰sta es la imagen del monumento de cera de Adolf Hitler, previo a ser decapitado por un visitante del museo en Berlí­n.

La estatua de cera de Adolf Hitler, decapitada por un visitante el sábado durante la inauguración del museo «Madame Tussauds» en Berlí­n, será reparada tras evaluación de los daños, pero su futuro es incierto, anunció hoy la dirección del establecimiento.


«La estatua será reparada pero primero deben evaluarse los daños», afirmó una portavoz del recién inaugurado museo de cera de Berlí­n. La estatua dañada fue retirada del museo y «no se ha decidido» si volverá a ser expuesta, agregó.

Tres minutos después de la apertura del museo, en pleno corazón de la capital alemana, un berlinés empujó a dos miembros del personal y arrancó la cabeza de la figura de cera del dictador nazi mientras gritaba «Â¡nunca más guerra!».

Para explicar su acto, el hombre, un ex policí­a de 41 años actualmente desempleado, explicó a varios diarios haber hecho una apuesta con sus amigos y haber sentido miedo antes de abalanzarse contra la estatua.

Inmediatamente después del altercado fue detenido por la policí­a, que el sábado lo dejó en libertad.

El individuo es objeto de una investigación «por degradación de material y heridas corporales» a un empleado del museo, que resultó levemente herido en una pierna durante la pelea.

Según la prensa, el agresor, que se habí­a convertido en policí­a en 1984 al término de una formación especializada, dimitió en 1987 tras haber sido movilizado durante una manifestación del 1 de mayo.

La exposición cerró sus puertas durante 20 minutos tras el incidente.

Algunas voces se alzaron contra el eventual regreso al museo berlinés del Hitler de cera, que costó 200 mil euros.

El secretario de Estado de Cultura, André Schmitz, declaró al diario Berliner Zeitung que esta reproducción del Fuhrer era de «mal gusto».

Ya antes de ser expuesta, la estatua de cera habí­a suscitado la controversia y el sábado dio pie a varios comentarios sarcásticos tras el ataque.

Los diseñadores del museo habí­an representado al dictador nazi como un hombre abatido, en una reconstitución del búnker donde pasó sus últimos dí­as y donde se dio la muerte el 30 abril de 1945.

Habí­an decidido exponerlo detrás de una mesa, en principio para evitar que los visitantes se fotografiasen con él o lo dañasen. La dirección habí­a tomado asimismo la precaución de recordar los crí­menes del régimen nazi en una nota de acompañamiento.

La estatua del Fuhrer figuraba entre las de otros 70 personajes clave de la historia alemana y mundial.

Existen varios museos «Madama Tussauds» en el mundo, entre ellos en Nueva York, Londres y Hong Kong.

Tres minutos después de la apertura del museo, en pleno corazón de la capital alemana, un berlinés empujó a dos miembros del personal y arrancó la cabeza de la figura de cera del dictador nazi mientras gritaba «Â¡nunca más guerra!».